Con el artículo 47 de la Constitución Española en la mente y en la garganta, aquel que reza que “todos los españoles” y españolas “tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, decenas de miles de andaluces y andaluzas se echaron a las calles este sábado en las capitales autonómicas de Málaga, Sevilla y Cádiz para reclamar precisamente que esta premisa se haga de una vez por todas efectiva en territorio andaluz y español y que sean los poderes públicos, como también recoge la citada normativa constitucional, los que, como obligación que les es, promuevan las condiciones necesarias y las normas pertinentes para que así sea.
En un ambiente muy reivindicativo y plagado de una importantísima participación de jóvenes, quienes copaban la amplia mayoría de estas tres convocatorias, los y las manifestantes, cuya lema principal era el de estas ciudades “para vivir”, clamaron contra los problemas que actualmente existen y padecen de primera mano frente al acceso a la vivienda -bien mediante alquiler, bien mediante compra- y que les imposibilita desarrollar un proyecto de vida digno.
Con proclamas como “Ser rentista no es un oficio”, ni gente sin casa, ni casa sin gente” o “derecho a techo”, los congregados, entre 10.000 y 30.000 -según datos de Policía Nacional y organizaciones convocantes, respectivamente-, 5.000 y 35.000 en Sevilla, y unas 4.000 en Cádiz, instaron a poner fin a “las casas vacías, los alquileres abusivos y la paz para los especuladores” en estas localidades, en la comunidad y en el resto del territorio nacional.
En estas protestas, cinco fueron los elementos gravemente señalados en el ojo de este huracán movilizador de fuerza andaluza tras el desalentador panorama que sufre actualmente el acceso a la vivienda: el rentismo, la especulación, la turistificación, la inacción del Gobierno y la intrascendencia de la actual ley de vivienda y la no construcción de viviendas públicas (VPO) en las grandes ciudades andaluzas. Leitmotiv que están propiciando, entre otras cuestiones, la expulsión de miles de vecinos y vecinas de los barrios céntricos de las capitales andaluzas a otros de la periferia o a municipios incluso de un radio cercano al área metropolitana, la imposibilidad de acceder a la emancipación para muchos jóvenes y el cada vez más frecuente fenómeno de la compartición de vivienda -‘coliving, como intenta romantizarlo la lógica capitalista-.
La proliferación desmedida de la actividad turística en estas ciudades y el consiguiente aumento de los pisos turísticos en los cascos históricos y en zonas próximas a estos de ellas propició asimismo que muchas y muchos fueron los presentes que apelasen a que haya “menos turistas y más vecinos” y a denunciar que “no faltan casas”, sino que “sobran turistas”.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).