Andalucía perdió casi 200 millones de euros de su ‘cartera’ en 2022, por las continuas bajadas de impuestos efectuadas por el Gobierno andaluz

El Gobierno andaluz ha hecho público lo que era un secreto a voces: que la Junta de Andalucía ha dejado de recaudar un montante millonario como consecuencia de la progresiva y continua bajada de impuestos efectuada en la comunidad. En concreto, la administración pública andaluza consiguió reunir, en 2022, 192 millones de euros menos que el Estado, siendo la primera vez, desde 2011, en la que su homólogo central recauda más que la administración autonómica por el IRPF.

La importante caída en el ingreso de esta partida económica para las arcas públicas del territorio, que será posteriormente la que parcialmente destine a los servicios que el ente público presta, es aún más acentuada si se atiende a que solo un año antes, en 2021, Andalucía había ingresado 54 millones más que la Administración central, provocando una merma en un solo ejercicio de hasta 246 millones de euros.

Este descalabro recaudador de la Junta tiene nombre y apellidos: el empeño de Moreno y de los populares andaluces por efectuar continuas rebajas fiscales. El Gobierno andaluz, en solo algo más de cinco años de mandato, ha implementado hasta seis rebajas fiscales, encuadradas en una serie “políticas fiscales inteligentes”. Este «paquete de medidas que han fortalecido la economía regional» -como se jactaba este en pregonar- ha acabado, sin embargo, por detraerle a la administración pública andaluza «hasta 900 millones de euros» que posteriormente pudiesen ser destinados a los presupuestos autonómicos para el fortalecimiento de los servicios públicos, para los que dice ahora no tener margen económico ya que «casi el 50 %» del gasto es demandado por las carteras sanitaria, educativa y de servicios sociales, forzando incluso a redirigir a estas consejerías dotaciones de otras tantas.

A consecuencia de esta pérdida de capacidad económica, el Ejecutivo autonómico ha terminado por sacar a pasear la banderola del socorro económico a su homólogo nacional. Tras regocijarse momentáneamente durante los últimos años en torno al que apodaban como «milagro fiscal andaluz» y asegurar «haber demostrado que la reducción de impuestos no necesariamente implica una caída en la recaudación», los populares andaluces se han dado de bruces con la realidad y ayudados, de paso, por el debate sobre la financiación territorial instalado actualmente en la agenda política nacional, han confesado estar «al tope de capacidad financiera» y sin garantías de cumplir con los «objetivos» planteados si no existe un «compromiso desde el Estado» que se traduzca en la llegada de más recursos a la comunidad andaluza. Todo ello pese haber vendido el presupuesto del vigente curso como «histórico» en Andalucía.

Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).

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