Los días 8 y 9 de noviembre el Palacio Marqueses de la Algaba de Sevilla ha acogido el XVIII Congreso de la Fundación Blas Infante, que ha versado sobre las “expresiones actuales de la cultura andaluza y el andalucismo”. Bajo esta premisa, los dos días del Congreso, viernes y sábado, han estado plagados de múltiples conferencias sobre una extensa variedad de temas, todos bajo el paraguas del andalucismo cultural y de una generación, la más joven, que, como esgrimió el escritor cordobés, Antonio Manuel, “nunca ha conocido la esperanza”.
En caso de que el cartel que ha escogido la Fundación para ilustrar la intención del Congreso no fuera lo suficientemente expresivo, la mecánica escogida por los organizadores, los intervinientes, los temas a tratar y los conferenciantes no han dejado lugar a dudas: la apuesta por comprender, por ilustrar y por acompañar a una nueva generación de andalucistas es clara, dotándolas de un apoyo y un trabajo intelectual de décadas, incluso siglos, como hace en el cartel una anciana con joven en un banco de madera en mitad de la calle. Mientras ambas generaciones comparten sus vivencias y experiencias, la anciana guía a este a través de su sabiduría y con la mirada y tacto de una abuela hacia el camino seguro; el camino adecuado; el que lo hará y nos hará mejores. Un encuentro generacional para comprendernos y entendernos, necesario para un relevo generacional de unos jóvenes que monopolizan la creación cultural y artística andaluza, sobre todo en las redes sociales.
En el Congreso en el que la Fundación cumplía la mayoría de edad y apostaba, precisamente, por remarcar una presencia joven en los temas a tratar y sobre los que reflexionar, la juventud andaluza también ha hecho gala de esa responsabilidad que le requiere el Congreso, y durante los dos días de celebración han acudido en un gran número a las distintas conferencias que se han celebrado. Con una inscripción inicial de más de 100 personas que provocó que no se pudiera inscribir ninguna más, aunque el acceso fuese libre y gratuito, la sala de conferencias del Palacio Marqueses de la Algaba ha contado con una nutrida presencia de jóvenes andaluces.
La apuesta de la Fundación no ha sido solamente casualidad, sino hija de una pulsión que está creciendo con fuerza sobre los jóvenes andaluces, capitalizada desde el andalucismo cultural (claro protagonista de las conferencias) y que trata de manifestarse a través del andalucismo político -muy débil- pero que se ramifica en los movimientos sociales, vecinales, asociaciones de barrio o activismo en redes. Como ha ocurrido en reiteradas ocasiones en nuestra historia, el camino entre ambas manifestaciones (cultural y política) no es recto ni fácil, pero está plagado de viajeros y viajeras que comparten destino y procedencia y que se van encontrando en él para compartir experiencias, reflexiones y propuestas. Con este congreso, la Fundación Blas Infante ha querido iluminar este camino.
Y para ello el ariete fundamental utilizado por los ponentes ha sido el citado andalucismo cultural. Para Isidoro Moreno, patrono de la Fundación, intelectual andaluz y catedrático en Antropología Social y Cultural en la Universidad de Sevilla, la cultura engloba el modo de vida, las tradiciones y las creencias. Y, en el camino al sentimiento de identidad del pueblo andaluz, el aspecto cultural juega un papel fundamental, pero para que el trasvase de este al andalucismo político sea eficaz, hay que superar tres puntos de bloqueo, que son: la ideología nacionalista española, ideología del reduccionismo economicista y la ideología del capitalismo globalizado.
Eva Cataño García, doctora en Historia, también señaló el aspecto cultural como un elemento importante a la hora de fomentar la identidad colectiva, así como una figura fundamental como agente de transformación social, como ya especificaba Blas Infante: “Para Infante la cultura no solo funciona como fin político sino como cohesión social. Fue un pensador que supo entrelazar la cultura y la política, sabiendo como imbricar la cultura como vehículo de cambio social y político”.
Antonio Manuel y la “generación sin esperanza”
Uno de los discursos más emotivos quizá fue el del escritor, profesor, músico e intelectual andalucista, Antonio Manuel, que consiguió con su sola presencia llenar y emocionar a toda la sala de conferencias con una ponencia centrada en la generación más joven. Como suelen hacer los músicos con mayúsculas, Antonio Manuel subió al estrado solo, con el único instrumento de su voz, a reflexionar en voz alta y en acústico sobre la situación que entiende que viven y esperan los jóvenes.
En una ponencia titulada ‘Del quejío al oú’, el escritor cordobés realizó una radiografía del espíritu andalucista de los últimos 50 años, canalizado pre 4D en el grito, movido hacia la esperanza tras las históricas movilizaciones del 77 y sumido en la desesperanza después de esta, una vez la conciencia social originada en el 4D del 77 se había difuminado del pueblo andaluz. Eso, hasta llegar a las nuevas generaciones, que han (hemos) navegado perdidas bajo una visión desesperanzada de la realidad, precisamente el arma que esgrime Antonio Manuel como epítome de la fortaleza de la juventud andaluza.
“Las nuevas generaciones no han perdido la esperanza porque nunca la tuvieron”. Es una frase desgarradora y reflejo de una realidad que ahoga a toda una generación, que vuelve a tener que emigrar, como en los años de la posguerra o de las crisis de los 50-60, pero esta vez en otras condiciones, con otros matices y marcados por el ‘oú’, no por el ‘quejío’; es decir, marcados por la rabia de la desesperanza, no por el grito de dolor. El cordobés acabó la ponencia manifestando su satisfacción por comprobar que hay una generación que viene pujando fuerte por encontrar el camino que señalábamos anteriormente, y que ha cambiado la estética masculina del dolor por la estética femenina de la alegría.
Y así, un Congreso que ha tenido claros protagonistas: una interpelación a los más jóvenes a que no están solos; donde se haz mezclado las generaciones para comprenderse y escucharse; donde los ponentes han invitado a la reflexión de los temas que aquejan a una generación desesperanzada, pero que no por ello deja de ‘luchar’ y de intentarlo.
Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.