La hemeroteca le ha jugado una mala pasada al presidente andaluz Juanma Moreno por enésima vez. Si durante estos dos últimos meses, a tenor de la grave crisis de Gobierno que le ha obligado a una remodelación cuasicompleta del Ejecutivo, el líder popular y su partido autonómico han hecho de la hipotética financiación singular catalana -ya acordada- que posibilitase un acuerdo entre el Partido Socialista de Cataluña (PSC) y Esquerra Republicana (ERC) una de las principales armas arrojadizas contra el Gobierno de Sánchez, los anales gráficos han desempolvado paradójicamente unas declaraciones del máximo responsable de la comunidad que le dejan, como mínimo, en muy mal lugar.
El líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, ha recuperado unas palabras en 2014 de Moreno en las que reconocía como «referente» de su partido a nivel nacional a la entonces presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho (2008-2017), ahora diputada del grupo en la Asamblea de Madrid, quien le acompañaba, en mayo de ese año, en un acto en el municipio sevillano de Espartinas. La histórica líder de los populares en territorio catalán aseveró en repetidas ocasiones, en 2012 y 2013, la necesidad de reconocer «la singularidad» financiadora para Cataluña dentro del régimen, «limitando» la solidaridad entre españoles.
No es tampoco la única gran contradicción, en este sentido, que ha vislumbrado el Grupo Popular durante la última década. Sin ir más lejos, el número uno de la formación conservadora, el gallego Alberto Núñez Feijóo, se abrió a plantear un concierto como el vasco para Cataluña, asegurando que «no es fácil explicar que a Cataluña no se le dé un concierto cuando lo tienen los vascos y los navarros. Y en eso estoy de acuerdo». Lo hizo públicamente ante un grupo de empresarios catalanes en 2016, cuando aún era presidente de la Xunta de Galicia.
Estas altas dosis de incongruencia discursiva, teniendo en cuenta, además, el afán del Partido Popular por recurrir continuamente a la hemeroteca para constatar posibles contrasentidos en dirigentes socialistas entre otrora períodos políticos y el actual, las ha obviado la agrupación con sede en la madrileña Génova, acusando al PSOE de estar tratando de «comprar la investidura» de su candidato a la Generalitat, el propio Illa, A cambio» de 15.000 millones de euros para Cataluña, mercadeando voluntades «una vez más».
De hecho, el PP-A ha jugado estas últimas semanas a azuzar en sus redes unas intervenciones de la número dos del Ejecutivo nacional, la sevillana María Jesús Montero, en las que negaba la «cesión de los impuestos» a la comunidad catalana, aseverando de ella que «ha vendido a Andalucía regalando la llave de nuestro impuestos al independentismo catalán». Su compañero de filas y líder del PSOE-A, el mismo Espadas, le ha reprochado a Moreno que «!cómo hemos cambiado!» durante los últimos diez años, en clara alusión a la contravención de discursos sobre la cuestión catalana de él y de su partido.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).
