El informe pobreza sur 2024 elaborado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha arrojado unos sonrojantes datos sobre la situación de pobreza que vive nuestra comunidad. Aunque, tristemente, no sea novedoso, el espíritu del informe busca analizar las causas que provocan esta desigualdad y, sobre todo, poner encima de la mesa soluciones reales que puedan revertir el actual estado de las cosas.
Uno de los sectores de la población que más sufren los datos que secularmente arrastran a Andalucía hasta unos niveles para nada inusitados son los menores andaluces. Según los datos de Save The Children y recogidos en este informe, Andalucía encabeza la lista de comunidades autónomas con mayor porcentaje de pobreza infantil en 2023, habiendo registrado un importante aumento respecto al año anterior. Mientras la media estatal se encuentra en 33,9%, el 46,8% de los niños y niñas andaluces se encuentran en situación de pobreza, un total de 593.259.
Además, el 13,3% de los niños y niñas no pueden permitirse comer proteínas dos veces por semana; el 16,2% está en situación de pobreza severa; el 19,5% de la infancia vive en Andalucía en hogares con problemas con la hipoteca o alquiler; el 23,9% de los menores andaluces viven en hogares sin temperatura adecuada; el 57,6% de los hogares monomarentales está en situación de pobreza; y, en 4 de cada 5 casos la pobreza se hereda de generación en generación en Andalucía.
Estas cifras, agravadas por las distintas crisis y con una patente ineficacia política para ponerles remedio generan que, de los 16 municipios más pobres del Estado, 11 sean andaluces. El más pobre Huesa (Jaén); que de los 15 barrios más pobres de España, 10 sean andaluces, y 6 de Sevilla, encabezando esta lista Los Pajaritos con una renta media anual de 6.719€; Que de los 15 municipios con menor esperanza de vida 9 sean andaluces.
Con los barrios ocurre una circunstancia muy descriptiva de la realidad de Andalucía y su concepción urbana, ya que los barrios más pobres están en las ciudades de mayor tamaño y más ricas en su conjunto, algo que podría resultar, a prior, paradójico. Iban Díaz, profesor de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, alerta de que esto es un síntoma de “marginación y exclusión”:
“La problemática de los barrios marginados suele abordarse desde el examen del barrio en concreto, como un problema individual y excepcional. Esto es generalmente válido, ya que cada barrio cuenta con unas características e historia únicas. Sin embargo, esta perspectiva, que es hasta cierto punto necesaria, puede opacar el hecho de que el barrio marginado es tal en tanto que sector inserto en un todo más amplio, que es para empezar la ciudad y para terminar un sistema de relaciones sociales y causas estructurales”.
Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.