La nueva subida del precio de los comedores escolares anunciada en Andalucía de cara al próximo curso académico, la segunda en tan solo doce meses, no es sino la última de las fórmulas de la ya conocida como receta ‘pepera’. En su afán por seguir los pasos de la más aventajada de las alumnas de la academia de Génova, Isabel Díaz Ayuso, y de su modelo de gestión en la Comunidad de Madrid -donde sigue acrecentándose por día la desigualdad social-, su homólogo en Andalucía, Juanma Moreno, ha bajado, desde su llegada a la presidencia de la Junta, hasta seis veces impuestos a las grandes fortunas en la comunidad, mientras ha ido aumentando paulatinamente el gasto de la economía de los hogares, especialmente el de la que más lo sufre, la clase trabajadora.
Desde la última de las rebajas fiscales aprobadas por el líder popular, la sexta, que tuvo lugar, decreto mediante, en septiembre de 2022, dos han sido también las revisiones al alza que la Consejería de Desarrollo Educativo ha efectuado de los precios de los servicios escolares -comedor, aula matinal y actividades extraescolares-, ambas, precisamente, en el mismo mes, agosto, pero de 2023 y, ahora, 2024. La fecha del anuncio de estas subidas, además, no es casual ni mucho menos, sino que responde al período clave para los intereses de los populares andaluces: la desconexión de las familias en las vacaciones veraniegas y el haber matriculado ya con anterioridad a sus hijxs en sus respectivos centros de cara al nuevo curso académico.
La primera de las medidas, la referente a la supresión fiscal, apenas beneficiaba al 0,2 % de los andaluces y andaluzas, puesto que no fue otra que la supresión del impuesto de patrimonio en territorio andaluz. Tal es así que la oposición tachó esta iniciativa de «regalo de unos 5.8000 euros al año a las familias más ricas». Tan solo unos 20.000 contribuyentes andaluces, los que mayor capacidad económica tienen, tributaron en 2022 por ese impuesto, que ese año recaudó 120 millones de euros para las arcas públicas autonómicas, de los que, desde entonces, carece la administración andaluza.
El nuevo incremento del coste de los comedores escolares supone, por un lado, que la tarifa diaria que paguen las familias andaluzas por cada hijo que reciba este servicio, al que suelen recurrir ante la incapacidad para conciliar, haya pasado de los 4,78 euros que se cobraban en el curso 2022-23, a 5,54 desde el próximo mes de septiembre. Un crecimiento de 80 céntimos diarios en doce meses -puesto que la anterior propuesta en este sentido fue aprobada en agosto de 2023- que ocasiona, por otro lado, que sean ya 160 los euros al mes que, sin bonificación, tengan que costear los hogares andaluces para aula matinal, comedor y, al menos, una actividad extraescolar.
Este aumento de los gastos en servicios escolares aplicado por el Gobierno de Moreno, es, asimismo, el cuarto en los cinco años que suma de gobernanza el malagueño en la Junta -la primera de estas subidas aconteció en agosto de 2021- y se une en la particular cartera mensual de las familias andaluzas a nuevos costos derivados de la merma en los servicios públicos sanitarios que está sufriendo la población andaluza a tenor del recorte de recursos y la privatización implementados por el propio Ejecutivo autonómico, que está forzando a muchos ciudadanos y ciudadanos a contratar un seguro privado en Andalucía.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).
