El pasado sábado, 9 de noviembre, decenas de miles de personas salieron a las calles de distintas provincias de Andalucía para reclamar y reivindicar un derecho recogido en el artículo 47 Constitución española, el de una vivienda digna. En los últimos años, especialmente, hemos experimentado una escalada en el precio de la vivienda que ha implosionado en los últimos meses, cuando los colectivos, organizaciones y plataformas, ante la evidente inacción de las instituciones, han decidido tomar las calles y reivindicar lo que les parece justo.
En Andalucía, el incremento gradual del precio de la vivienda se ha entremezclado con varios factores, como son: la precariedad económica, la desigualdad y el turismo. Nuestras ciudades, sobre todo las capitales, están pensadas para el usufructo del turista. Cada año, se celebra el aumento de turistas que llegan a la comunidad, sin embargo, las consecuencias de ser una tierra dedicada al turismo la pagan sus propios ciudadanos, especialmente los más jóvenes, que se deciden entre la precariedad o el exilio.
En estos términos, varios manifestantes en la movilización de Sevilla reclamaban una mejora de las condiciones del mercado de la vivienda, donde las instituciones han de ponerse de acuerdo y trabajar para ello. Además, este problema se ve influenciado por otros como el incremento de la turistificación y las viviendas turísticas o el abandono a la generación más joven.
Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.
