Este 18 de agosto se cumplió el 88º aniversario del asesinato del sempiterno e inmortal poeta y dramaturgo granadino Federico García Lorca. La misma efeméride que, desgraciadamente, comparten cada año de la mano tantos hombres y mujeres ilustres -y cientos de miles de anónimos y anónimas- que fueron defenestrados un día por el golpismo reaccionario en Andalucía y en España. Figuras del ayer, del hoy y del mañana que han sabido superar con su impronta la ruda embestida del tiempo transcurrido para preservarse hasta la fecha.
El icónico escritor andaluz, oriundo del municipio granadino de Fuentes Vaqueros y uno de los poetas más insignes de la lírica española, siempre fue admirado, no solo en términos poéticos y literarios, también en lo que a su personalidad se refiere. Precisamente, otro de los autores de la poesía andaluza y nacional más renombrados, el sevillano Vicente Aleixandre, tuvo unas gratas palabras de elogio hacia la “manera de ser” de García Lorca en unas declaraciones que realizó en 1977, unos años antes de su defunción, en 1984.
Aleixandre, uno de los referentes, al igual que Lorca, de la llamada generación del 27 de las letras españolas, refirió sobre el dramaturgo que no solo destacaba en la “categoría” de “poeta extraordinario”, sino que “no era comparable con nadie” en “su persona misma”. “Era el genio de la personalidad. No he conocido a nadie que tuviera el don de la expresión humana viva, de la presencia como lo tenía Federico”, evocaba el hispalense.
El premio Nobel de Literatura, que recibiese precisamente el mismo año de sus palabras hacia el fuenterino, recordaba y encomiaba la “seducción”, el “poder” y la “expresividad corporal tan inmensa”, que hacían “sencillamente irresistible” al granadino. “Era la simpatía elevada a fenómeno cósmico”, concluía el famoso lírico sevillano.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).