Según el informe publicado por la Consejería de Empleo, ‘El Mercado de Trabajo en el Sector Agrario Andaluz’, en 2021, las personas que en Andalucía se dedicaban a la agricultura eran 274.493, representando un 8,71% del empleo en nuestra comunidad y siendo el tercer sector que mayor número de trabajadores ocupa, por detrás del comercio y las actividades sanitarias y sociales.
Sin embargo, pese a que la agricultura represente un importante peso en el mercado laboral andaluz, la situación de sus trabajadores está, cada vez, más al límite. Así lo ha denunciado, en esta ocasión, el vicesecretario general de Agricultura de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Andalucía, Francisco Moscoso, quien ha señalado la precariedad de los agricultores mostrando como ejemplo las grandes diferencias entre lo que se le paga al agricultor por un producto y su precio en el mercado, incrementándose, en algunos casos, hasta un 2.400% el precio del mismo.
“Seguimos cobrando unos precios de ruina por nuestros productos mientras que los consumidores pagan por encima del 1.000% en muchos casos en los lineales. La diferencia entre lo que percibimos y lo que pagamos en las tiendas es desorbitada. Todos los productos consolidan la tendencia negativa para los dos eslabones más débiles de la cadena alimentaria. Entre ellos destacan el maíz dulce, con una diferencia de hasta el 2.400%. Le siguen la naranja, el limón y el tomate, que se venden por encima del 1.000% de incremento con respecto a lo que nos pagan a nosotros”, critica Francisco Moscoso.
Esta diferencia es una realidad que se manifiesta en las ocho provincias andaluzas, sin distinción entre los productos ni métodos producción: “La sandía y el melón, que son los productos estrella del verano, tienen una diferencia del 547% y del 466%, respectivamente, entre lo que nos pagan a nosotros y lo que pagan los consumidores. Mientras que en origen la sandía está a 21 céntimos, en los lineales la encontramos a 1,36 de media. El caso del melón es igual, de los 30 céntimos en origen al 1,70 euros en destino. Y así podemos seguir con todos los productos, porque los agricultores sufrimos en nuestras carnes la política abusiva y especulativa de los intermediarios y de la gran distribución”,
El vicesecretario ha explicado que, entre otros factores que pueden explicar la abultada diferencia, pueden estar la escasez de agua y riego, que ha provocado que muchos trabajadores hayan tenido que dejar de sembrar ciertos productos, como el ajo o la cebolla en provincias como Córdoba, lo que habría incrementado los precios de destino, pero no así los de origen: “El ajo nos lo han pagado a 1,30 euros el kilo, mientras el consumidor ha tenido que abonar hasta 7 euros. En cuanto a la cebolla, la situación es peor porque nos han pagado a nosotros 0,27 céntimos y el consumidor ha pagado hasta 1,85 euros por kilo. Son diferencias inasumibles para los dos eslabones más débiles de la cadena”.
Moscoso ha aseverado que “no salen las cuentas”, ya que, aunque ciertos productos como el trigo haya aumentado la producción, el precio que se paga por él sigue siendo “irrisorio”, porque los costes de producción también han aumentado “considerablemente”: “Los especuladores aprovechan para tirar los precios abajo y eso nos impide vivir dignamente de nuestro trabajo. Estamos cansados de que la especulación siga campando a sus anchas en una jungla donde impera la política abusiva del más fuerte”.
Ante esta situación, UPA Andalucía se mantiene firme en su apuesta por la Ley de la Cadena Alimentaria: “Es un gran instrumento, pero necesitamos que se cumpla en su totalidad, que haya más sanciones ejemplarizantes, que se fuerce a cumplir con los contratos, que las administraciones autonómicas crean en ella y hagan los controles preceptivos que les corresponden y, sobre todo, que se ponga en marcha un Observatorio de Márgenes Comerciales para que todo el mundo conozca los beneficios que tiene cada actor de la cadena”, ha concluido Moscoso.
Archivo elaborado por UPA Andalucía con la diferencia de precios de origen y destino
Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.
