Frente a la verticalidad que rezuma en todos sus estratos el sistema capitalista, donde el sector del metal es uno más de sus infinitos ejes, la huelga de los trabajadores de esta materia en Cádiz, que cumple este miércoles su décima jornada ininterrumpida, se está erigiendo como un bálsamo de aire fresco en torno al asamblearismo, la horizontalidad y la lucha de la clase trabajadora.
Un ejemplo claro de ello fue la asamblea que celebraron más de un millar y medio de estos profesionales del metal en las instalaciones gaditanas de Dragados Offshore este pasado lunes 30 de junio, en la que, a mano alzada, y con la inestimable ayuda de dos de las organizaciones sindicales que andan coordinando estas protestas, CTM y CGT (ante las artimañas de UGT por torpedear esta lucha y la pasividad de CCOO), decidieron continuar con las movilizaciones, concentraciones y, en definitiva, con el cese de la actividad hasta vislumbrar pasos firmes en pos de la llegada de un convenio laboral digno que ponga fin a la precariedad de los empleados y empleadas del sector.
«A ver, primera propuesta: votos a favor de seguir en huelga», reclamaba uno de los representantes del colectivo. Repentinamente, un reguero de manos, las de más del 90 % de los allí presentes, se alzaban para mostrar su absoluta conformidad a la propuesta. Acto seguido, los trabajadores y trabajadoras entonaban con estruendo el que se ha convertido en el lema y la consigna principal de las manifestaciones: «Ni un paso atrás en la lucha del metal».
Vídeo: Sindicato CTM
No parece que un grupo muy considerable de trabajadores y trabajadoras quieran parar la huelga. Puerta de Dragados ahora mismo. pic.twitter.com/zuafsa4yxQ
— Teresa Rodríguez 🇵🇸 ۞ (@TeresaRodr_) June 30, 2025

Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).