Mientras Abascal, Vox y sus simpatizantes siguen intoxicando a la opinión pública con infinitud de discursos de odio contra la población migrante (especialmente, la irregular), numerosos son los vídeos que últimamente están emergiendo en redes sociales como Instagram o Tik Tok en los que las y los propios migrantes toman la voz cantante para arremeter contra el presidente de Vox o la propia formación al enseñarle sus agotadoras jornadas de trabajo en varios sectores productivos, pese a estar en muchos casos, como no le gusta al líder de la formación de extrema derecha y a su séquito, sin permiso de residencia o trabajo en España.
Precisamente, un trabajador migrante, de origen marroquí, publicó el pasado mes de junio un vídeo en su perfil de la red social Tik Tok en el que interpelaba directamente al máximo dirigente de Vox, reprochándole que mientras que ellos están «trabajando», siendo «domingo» y «con 40 grados», él seguro que estuviese «en las playas de Benidorm, de Marbella, Málaga, Alicante o las costas del Mediterráneo».
«Y tú, ahora, comiendo las sandías, los melones o las fresas que cogemos los migrantes», le afeaba este hombre migrante, quien instaba al máximo responsable de la formación de ultraderecha a que «viese dónde están los inmigrantes», calificándolo de «sinvergonzonería» que quiera echar a los migrantes de territorio nacional.
Vídeo: @midobistolizawl, en Tik
Espacio Andaluz, no obstante, recuerda que el trabajo no legitima el derecho de las personas a la libre circulación en materia migratoria, sino que lo hacen varios textos legales internacionales: la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (1951), así como el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular (2018).
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).




