Antílopez en el Festival Icónica Sevilla - Icónica Santalucía Fest
Antílopez en el Festival Icónica Sevilla - Icónica Santalucía Fest

Antílopez: los obreros de la música inteligente edifican su último show en el Icónica Santalucía Sevilla Fest

02 Jul, 2025 · 14:24h

Lo he pensado muchas veces y ayer lo confirmé. Si yo fuera músico, querría parecerme a Félix y Migue, a la unión de sus partes, a Antílopez. La vida y obra de un grupo cuya trayectoria se ha edificado ladrillo a ladrillo, canción a canción, hasta eclosionar en una Plaza que se construyó para abrazar al mundo al igual que sus seguidores, fans o ‘cheerleaders’, abrazaron anoche la despedida de estos genios de la música inteligente, del humor musical, del duende con arte y del arte sin duende en el Festival Icónica Sevilla.

En un concierto de más de dos horas y que comenzó a las 00:00 horas, Antílopez no dejó lugar a dudas y reconfirmó lo que muchos ya sabíamos: la genialidad se paga caro. Con todos los ‘habíos’ de un grupo de música ‘tradicional’, con un juego de luces hipnotizante, con un despliegue técnico asombroso, una vez que las voces de estos artistas onubenses comenzaron a sonar en el escenario del Icónica Sevilla no engañaron a nadie: aunque la mona se vista de seda, mona se queda. No me malinterpreten, lo digo con la mayor y buena intención del mundo. Y con el orgullo taleguero de músicos y público, comenzó un deleite musical que sirvió de autohomenaje a las partes reunidas ante una agridulce despedida, en un escenario que rezumaba regionalismo andaluz por doquier -literal y metafóricamente-.

Encontrar a un artista o grupo andaluz que rinda homenaje en la forma en la que Antílopez lo hace a la música de nuestra tierra es complicado. Flamenco, coplas, rock, rumbas… todas con un marcado acento andaluz y unas letras de inspiración divina, o natural -desconozco el proceso-. Cada canción es una oda a la imaginación, a la incontinencia verbal, a los juegos de palabras, dobles sentidos e ingenio. Acompañadas de melódicas melodías que transforman cada creación en un viaje a recónditos lugares de nuestra imaginación, tratando de seguir la pista a estos escapistas del arte que juegan, hacen y deshacen a su antojo, mostrando los ‘trucos secretos’ de los magos y aún así solo perceptibles por el mejor y más generoso de los sentidos.

Sevilla anoche fue testigo de la despedida de un dúo musical en el que me es inevitable no sentirme reflejado. Al igual que le ocurrirá a muchísima gente. Hijos de una época de ‘modistos/as’, en el que hay que encajar en el traje a medida y en el que las expectativas van por delante de nuestros pasos, cargándonos de frustraciones, la ‘Roma’ que los onubenses han construido en forma de carrera musical ha constatado que los dos días marcados por nuestro tiempo carecen de lo más natural, inmortal y poderoso que requiere un edificio: solidez. Solidez, en este caso, acompañada de genio e ingenio, calidad, un inmenso trabajo y amor.

Y como todo en la vida, ayer fue el momento de las despedidas, aunque con una última luz al final del túnel porque en pleno éxtasis prometieron que, siguiendo el camino del dúo de referencia -en cualesquiera de los sentidos que puedan imaginarse y con cierta dosis de sorna- en nuestro país, Andy y Lucas, enero de 2026 sería el lugar y momento escogido para una ‘eterna’ despedida, porque si algo nos han enseñado los gaditanos, recordaron en el escenario, es que las despedidas se pueden alargar… una ‘mijita’.

Pero por si tan solo era una parte más del show de Migue y Félix, brindemos nuestro último adiós en una plaza que es fiel reflejo de que muchas veces, aunque esté delante de nosotros, los genios son almas incomprendidas. Como le ocurrió al hoy admirado y entonces denostado, Aníbal González.

Todo eso de “Ser Músico”, empezó “Desde Cero” con un “Tic-Tac”. “De una canción privada” a un camino de “Metralla, medida y viaje”. Porque aunque la “Musa en Paro Busca Poeta”, “Prefiero” siempre “Tu nombre”, ya que “Te quiero No, Lo anterior”.

“Yo Podría” seguir escribiendo, pero sé que “Dolerá”, “Suerte” en vuestro nuevo camino. Somos de “San Nosotros” siempre.

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