Hoy, 15 de septiembre de 2024, se cumplen 100 años desde que el Padre de la Patria Andaluza viajara a Agmat (Marruecos) en busca de la tumba del rey poeta sevillano, Almotamid. Esta premisa ha sido la ‘excusa’ que un grupo de andaluces y andaluzas andalucistas ha escogido, conducidos por la iniciativa de Manuel Ruiz y José Luis Villar, para realizar este viaje que, justo cien años después, ‘peregrina’ hasta el monolito que en tierras marroquíes rinde homenaje a Almotamid, y que supuso un antes y un después en el pensamiento de Blas Infante.
Bajo una intensa y seca calor marroquí, que tanto recuerda a las mañanas de verano en Andalucía, este nutrido grupo de andaluces y andaluzas ha viajado a Agmat, a unos cuarenta minutos de Marraketch, para visitar y realizar un acto homenaje al Padre de la Patria Andaluza y Almotamid.
El espacio que acoge a la tumba del rey poeta sevillano del S.XI apenas ha resultado suficiente para que cupiéramos todos, lo que ha provocado que la cercanía del acto, la emoción y su ceremonia se sintieran aún más cerca de cada uno de los presentes.
El acto ha estado marcado por el respeto que se le rinde a Blas Infante, que descubrió la localización de Almotamid gracias a un libro de un catedrático belga, tal y como ha confirmado su nieto, aquí presente, Estanislao Naranjo Infante. El encargado de llevar la batuta de la ceremonia ha sido el historiador Manuel Ruiz, posiblemente el mayor conocedor de la vida y obra del casareño. Este ha resaltado la importancia del mismo, redundando en la idea de que esta etapa del intelectual andaluz marcará su pensamiento, obra y postura desde este momento.
En esta travesía Infante tomó conciencia de que la historia no era como se la habían contado, y que Andalucía tenía un rico y enorme pasado del que no solo no podía renunciar, sino que aún perduraba vivo en las almas y corazones de sus vecinos. En su cultura, costumbres y habla. Este obligado olvido provocó que el casareño se sublevara -intelectualmente hablando- y comenzara a indagar y a liderar una corriente de pensamiento que, aún hoy, este grupo de andalucistas pretende mantener viva en nuestros días.
En esta línea fue la intervención del profesor universitario José Luis Villar, repasando el amplio y largo pasado de Andalucía, del que no nos han querido hablar, y de la riqueza de la cultura andaluza, expropiada durante siglos por aquellos que ‘conquistaron’ Andalucía, tratando de expropiar, con estos actos, su historia, memoria e identidad. Aunque no haya sido posible.
El alcalde de Coria del Río (Sevilla) y vicepresidente de la Ruta de Blas Infante ha querido recordar la necesidad de que las instituciones sigan apostando por mantener viva la memoria colectiva de nuestro pueblo. Lamentándose, por tanto, de que no haya habido una presencia institucional en el mismo, pese a las múltiples peticiones realizadas.
La ceremonia también ha tenido espacio para la literatura y la poesía. Soledad Lara ha leído un texto donde rinde homenaje a las figuras de Infante y Almotamid. José Peral, dos poemas, uno sobre la tercera ola andalucista, que la corona con esta visita a Agmat, y sobre el hecho que tuvo lugar, en este mismo espacio, hace cien años, protagonizado por Blas Infante. Mario Solís, autor de ‘Motamid 1936’, leyó un pasaje de su obra y habló sobre los paralelismos que unen al rey poeta y al intelectual casareño.
Especialmente emocionante ha sido el momento en el que Benito Trujillano, cronista oficial de Casares (Málaga), ha tomado la palabra. Su discurso, con un claro componente andaluz y reivindicativo, ponía el acento en la importancia de la memoria y el olvido, recordando los orígenes humildes de sus abuelos, agricultores, y la lucha que estos emprendieron para que Andalucía empezara a tomar conciencia de sí misma y así pudiera empoderarse a sí misma y a sus ciudadanos. Un gesto simbólico ha coronado la intervención de Trujillano: ha traído arena desde Casares hasta Agmat en un pequeño tarro, para que otra parte importante y de los orígenes de Infante puedan tener presencia en este pequeño y humilde mausoleo.
Asimismo, ha habido espacio para la intervención del guía de viaje, Youseff Bellahsen, que se ha mostrado especialmente agradecido con la compañía que le ha tocado encabezar, por la amabilidad y la amplitud de conocimientos que están brindando, convirtiendo este viaje turístico en algo más allá de lo que está acostumbrado. Sus palabras han sido recitadas en árabe, leyendo un poema de Almotamid, como agradecimiento a los andalucistas por haberle aportado una nueva visión sobre esta tierra.
También han intervenido José María Romero, aludiendo a la esperanza de que las nuevas generaciones sigan luchando por una tierra olvidada y machacada, como Andalucía, siempre recordando el legado de Infante. Así como Rafael, miembro de la Asociación La Desbandá e Isabel, que ha leído un bonito y breve texto literario.
Como es habitual, tras el acto se ha cantado y entonado el himno de Andalucía, con el habitual grito de ‘Viva Andalucía Libre’ tras el cierre del mismo. Discursos emocionantes, marcados por la historia personal de cada uno de los mismos y de cómo el hilo común del andalucismo los ha unido hasta llegar hoy aquí. El viaje que Blas Infante realizó hace hoy cien años perseguía un objetivo: tomar conciencia. Esa conciencia sigue viva gracias, en parte, a este nutrido grupo de andalucistas que ha viajado hasta Marruecos para honrarle. Pero también en muchas almas de otros tantos andaluces y andaluzas que, cada día, siguen sufriendo los problemas que, hace un siglo, llevaron al casareño a inmiscuirse en una lucha personal e intelectual que acabó costándole la vida.
Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.
