Málaga se rebeló este pasado domingo contra el presidente andaluz, Juanma Moreno, criado desde pequeño precisamente en la provincia malagueña. El último escándalo en sanidad del líder del PP en Andalucía, el registrado en el programa de detección precoz del cáncer de mama, provocó que los malagueños y malagueñas terminasen por perder la paciencia con el dirigente conservador, y que saliesen multitudinariamente a las calles de la capital provincial en la protesta convocada por las Mareas Blancas y los sindicatos CCOO y UGT en las ocho capitales andaluzas (donde se registraron en conjunto más de 57.000 asistentes).
La manifestación de Málaga, de hecho, fue la marcha que más andaluces y andaluzas concentró (según cifras de la Policía): más de 25.000 personas. En una histórica movilización sanitaria, la población malagueña tomó las calles de la localidad y pidió en varias ocasiones durante la movilización la «dimisión» del propio Moreno, a quien se le interpeló con numerosos cánticos diversos, al frente de la Junta, por la «grave crisis» que adolece el sistema sanitario público, bajo los mandos del político alhaurino y de su Gobierno: «El colapso sanitario que hay en Málaga nunca se había visto antes«, reportaban innumerables voces que se dieron cita.
En la protesta, que discurrió entre la avenida del Muelle Heredia y la afamada plaza de la Merced, y cuyo lema principal fue «en defensa de nuestra sanidad pública», fue precisamente el tejido sanitario público autonómico el indudable protagonista, para quien la ciudadanía malagueña pidió a gritos más esfuerzos exclusivamente, dejando fuera de la fórmula la estrecha colaboración planteada por el Ejecutivo de Moreno hasta la fecha con la sanidad privada.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).




