Al máximo dirigente andaluz, Juanma Moreno, los regalos para Reyes Magos se le han adelantado unos meses. Concretamente, los ‘regalos políticos’. En Sevilla, sus Majestades de Oriente, en nombre y forma del Ateneo hispalense, una asociación ampliamente conocida por sus tintes conservadores y elitistas, ha decidido que el líder de los populares andaluces sea el rey Baltasar en la próxima cabalgata de Reyes, que transitará, como cada año, el 5 de enero por las principales arterias de la capital sevillana.
El nombramiento de Moreno como el tercero de los reyes orientales en este festejo hispalense no está exento de polémica, a tenor de la amplia visibilidad que el presidente autonómico tendrá apenas meses antes de las venideras elecciones andaluzas (que deberían de celebrarse dentro de algo menos de un año, en junio de 2026), en una de las principales ciudades de Andalucía, Sevilla, la capital andaluza, para ser exactos, y donde la pugna con el principal partido de la oposición en términos electorales, el PSOE andaluz, siempre es encarnizada.
La designación de Moreno como rey Baltasar, asimismo, vuelve a caer en la ya habitual, pero no por ello menos censurable, práctica que se repite en las cabalgatas de Andalucía y toda España del llamado ‘blackface’, es decir, pintar a sujetos blancos de negro para este tipo de eventos en vez de recurrir a personas racializadas. Algo que es profundamente ofensivo y que perpetúa estereotipos racistas hacia esta población.

Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).