La amenaza recibida durante la tarde de ayer por los trabajadores y trabajadoras de la grúa municipal sevillana encerrados y en huelga de hambre dentro del Ayuntamiento de Sevilla, en la que se les advertía de que de no salir por su propia voluntad del edificio serían «desalojados forzosamente» por la Policía, ha obligado a ambos empleados (una trabajadora y un trabajador) a que abandonen las instancias municipales durante la misma mañana de este viernes 16 de mayo.
Tras hacerlo, estos dos empleados, junto con el resto de los que fueron despedidos el pasado mes de febrero a manos de la nueva adjudicataria del servicio de grúas municipales de la capital hispalense, han lamentado haber tenido que abandonar la acción de protesta antes de tiempo. La trabajadora, de hecho, instantes después de salir del Consistorio, ha roto a llorar completamente. Condenaba que no hayan recibido ningún tipo de respuesta por parte del alcalde sevillano, el dirigente del PP José Luis Sanz, ni por su equipo de Gobierno para reunirse y tratar sus «despidos improcedentes».
«No es justo lo que nos están haciendo. Solo reivindicamos nuestros puestos de trabajo. Y una reunión», decía visiblemente afligida esta hasta hace poco empleada de la grúa pública sevillana, obligada a haber desarrollado el encierro y la huelga de hambre tras ver cómo Setex Aparki, la nueva entidad adjudicataria del servicio, le despedía, junto a sus compañeros, tras haber llegado a un acuerdo de explotación de la grúa municipal el Ayuntamiento de Sevilla con esta empresa bajo unas condiciones presupuestarias «temerarias y fraudulentas», que reducían hasta en un 25 % el presupuesto anterior e importantemente la oferta de sus competidores, abocando al despido masivo y la reducción considerable de la flota de este tipo de vehículos en la ciudad.
Esta trabajadora confesaba que al menos grupos y dirigentes en el Consistorio hispalense de la oposición, como Susana Hornillo, de Podemos, y Sonia Gaya, de PSOE, se habían reunido con ellos para conocer de cerca la situación y ayudar en todo lo posible. «Se han portado superbien». Algo que no había ocurrido, sin embargo, con los responsables del Grupo Popular en el Gobierno local. «Una reunión con el alcalde, por favor, o con Ignacio Flores. Que nos da igual qué empresa esté, pero que recuperemos nuestros puestos de trabajo», reconocía. Todo ello, además, pese a que Sanz y el PP de Sevilla son responsables directos de sus destituciones.

Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).