El 9 de junio la Junta de Andalucía anunciaba, en plena ola de polémicas por el aumento de las temperaturas en las aulas de los centros educativos públicos y la ausencia de una climatización adecuada, una nueva fase de su plan de bioclimatización para los centros educativos. El objetivo era sumar ochenta colegios e institutos más par alcanzar el 13% de los centros andaluces. Según el sindicato USTEA, actualmente la bioclimatización está instalada en el 6% de los centros educativos públicos de Andalucía.
El colectivo Escuelas de Calor lleva desde 2017 denunciando el aumento de temperaturas que alumnado y docentes tienen que sufrir debido a una penosa planificación que proteja a los trabajadores y niños y niñas en los momentos de temperaturas más extremas. En 2020 se aprobó de manera unánime en el Parlamento andaluz la ley de bioclimatización. Sin embargo, su aplicación ha quedado en ‘saco roto’.
En Huelva, hasta ocho colegios han elevado la voz ante la ineficacia de los sistemas de refrigeración adiabática instalados por la Junta de Andalucía en estos centros, que no han sido mantenidos correctamente y cuyo uso está pensado para espacios industriales, no aulas. De hecho, el AMPA del CEIP Juan de la Cosa en Huelva, en un comunicado, llegó a explicar que en este colegio la refrigeración adiabática no se usan por «riesgo de legionela», que se contagia por inhalar pequeñas gotas de agua contaminada que contienen la bacteria ‘legionella’, que puede hallarse en sistemas de aires acondicionados.
El AMPA ha denunciado que la Agencia Pública de Educación (APAE) haya responsabilizado a los propios centros educativos del mantenimiento de las mismas, cuando «no se dispone de recursos» para llevarlo a cabo.
«Cinco años han pasado desde la entrada en vigor de la Ley de Bioclimatización de los centros educativos públicos andaluces y el gobierno de Moreno Bonilla no ha hecho sino gastar dinero de fondos europeos en poner refrigeración adiabática en un puñado de centros que asisten ahora a la frustración de ni siquiera poder usar estas instalaciones porque, sin mantenimiento y limpieza, son un peligro de legionela y otras enfermedades respiratorias para los espacios donde se han instalado, lo que los convierten en un riesgo para la salud», denuncian las madres y padres.
En el caso de Huelva capital, 8 son los centros educativos públicos de primaria que cuentan con esta instalación (CEIP Prácticas, CEIP Arias Montano, CEIP Marismas del Odiel, CEIP Doce de Octubre, CEIP Onuba, CEPR Los Rosales, CEIP Quinto Centenario, CEIP Tartessos), y que en estos momentos, no pueden poner en marcha debido a que «ni la Delegación Territorial de Desarrollo Educativo de Huelva ni el Ayuntamiento de Huelva, han realizado las adecuadas revisiones de mantenimiento y limpieza».

Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.