La hemeroteca ha vuelto a dejar en entredicho al Juanma Moreno opositor, antes de diciembre de 2018, frente al actual, presidente y máximo responsable de la Junta de Andalucía, que gobierna desde hace ya seis años y medio. Cuando ejercía como principal candidato de la oposición, el malagueño se jactaba de haber estado reunido con AMPAS de centros educativos públicos que le transmitían su malestar por las altas temperaturas que se veían obligados a afrontar los niños y niñas de la educación andaluza sin un sistema de climatización digno que redujera este impacto climatológico llegado los meses de mayo y junio en el calendario lectivo.
«Se ha comprobado la temperatura digitalmente dentro de aulas con 38,5 e incluso con 39,2º C», denunciaba, entonces, ante un nutrido grupo de medios de comunicación citados en un colegio andaluz el principal dirigente autonómico, que le reprochaba al Gobierno del PSOE en la Junta que «niños con 5, 6 y 7 años soportasen esas temperaturas«, «ni tampoco los profesionales» educativos.
La realidad de la bioclimatización tras casi siete años de gobernanza de Moreno y de su partido en la Administración andaluza es, sin embargo, idéntica a aquella. Una cifra es devastadora en estos términos: solo 407 de los más de 7.000 centros educativos de Andalucía están protegidos del calor, como desvelaba recientemente El Salto Andalucía. Cinco años después de que el Ejecutivo del líder popular en la Junta aprobase un sutil guiño a la óptima refrigeración de las clases de los centros escolares andaluces, con la llamada Ley de Bioclimatización, la implementación de esta deja muchísimo que desear y la promesa de Moreno de que en un período de 18 meses los miles de recintos escolares dejasen de ser un infierno caluroso para los más de 800.000 alumnos y alumnas de la enseñanza autonómica sigue siendo eso, una promesa electoralista y política.
Vídeo: @angelesferriz, en ‘X’

Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).