Aunque el Consejo General del Poder Judicial frecuenta eso de salir en comunicado a condenar críticas frente a la labor jurisdiccional del cuerpo de jueces y de algunos togados en específico, cuya función se aleja abiertamente de cuestiones como la imparcialidad o la sumisión a la ley, muchos de esos mismos propios jueces son los que evidencian que la carrera judicial también tiene ideología, como cualquier otro ciudadano y ciudadana de la sociedad, e incluso la ponen en práctica, desde el mismo estrado, en muchas más ocasiones que estos y estas.
El último en manifestarse públicamente en torno a una cuestión de actualidad dejando entrever sin dudas su carácter reaccionario y retrógrado ha sido el exmagistrado del Tribunal Supremo (el más alto tribunal judicial español), Javier Borrego, quien en unas jornadas organizadas por Vox en el Congreso comenzó a burlarse sin reparos de las personas trans durante su intervención en dicha ponencia.
«Me llamo Francisca Javiera y soy mujer. No me lo discutan, que les llevo por delito de odio a un tribunal», aseveraba este polémico togado, quien agradecía, acto seguido, a su audiencia «haber respetado mi identidad de género, que transitoriamente, en dos segundos, he manifestado», mofándose, asimismo, en un escenario ficcional, de que «entré en un vestuario femenino porque en ese momento me sentía mujer». Borrego, asimismo, aseguraba pertenecer «a la manosfera».
Vídeo: El País
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).




