El último informe elaborado por el Observatorio de Desigualdad de Andalucía analizaba los 12 municipios que cuentan con más de 100.000 habitantes, señalando las diferencias que existían entre los barrios más ricos, más desarrollados y urbanizados y los más pobres, con especial incidencia en la esperanza de vida.
El ejemplo más evidente fue la ciudad de Sevilla, donde existe una diferencia de 8,8 años en esperanza de vida entre el barrio más pobre y el más rico. Pero, en el resto de las ciudades, esta desigualdad social de los barrios que cuentan con menos recursos, también se traducía en una desigualdad en parámetros de vida con otras zonas de clase media o alta.
Sevilla, además, cuenta con una casuística particular respecto al resto de ciudades analizadas en el informe, ya que cuenta con la triste particularidad de tener 7 de los 15 barrios más pobres de España, por lo que estas diferencias de las que hablamos se agravan aún más.
Y se señalan estas grandes ciudades porque se evidencia con mayor facilidad la incidencia de las desigualdades sociales y lo que provocan. Las grandes ciudades, y su acumulación de todos los poderes, provocan espacios fragmentados, complejos y privilegiados, marginando a otra parte de la población, que se queda sin el derecho de acceder a unos servicios mínimos.
Por tanto, sí, existe esa correlación entre pobreza y mortalidad
Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
Puedes encontrarme en algunas redes sociales como @ivanjimenezm98.
Codirector de Espacio Andaluz.