El alcalde hispalense, José Luis Sanz (PP), y su equipo de Gobierno son responsables directos del despido durante el pasado mes de febrero de las y los seis trabajadores de la grúa municipal a manos de la nueva adjudicataria de este servicio, prestado por el Ayuntamiento de Sevilla, pero, como tiende a ocurrir, externalizado y subcontratado a una tercera sociedad: Setex Aparki SA, en este caso. Tres de esos, ahora, exempleados de dicha labor municipal se encuentran en estos momentos en plena tercera jornada de una drástica decisión tomada para reclamar que esa empresa les «readmita inmediatamente»: un encierro y una huelga de hambre dentro del mismísimo Ayuntamiento sevillano.
Fue precisamente la vigente dirigencia del Consistorio hispalense la que avaló y aceptó la propuesta formalizada por esta entidad, con casa matriz en la capital de España, Madrid, que expertos laborales y sindicatos calificaban desde un principio de «temeraria y fraudulenta», pues reducía en un 25 % el presupuesto anterior e importantemente la oferta de sus competidores, cifrando en 6.299.768,40 euros (IVA excluido) el precio del servicio para los próximos tres años, una cantidad irrisoria e inviable, que prometía brindar un pobre servicio y un trato inadecuado para la plantilla de trabajadores y trabajadoras.
Y dicho y hecho. Justo el mismo día que tenía lugar la oficialidad expresa del nuevo contrato, Setex anunció el despido masivo de seis de sus trabajadores, infringiendo de manera inmediata la subrogación de empleados acordada en la adjudicación y exigida en la legislación vigente. Un dictamen que, para colmo, respondía también, según palabras del sindicato CNT, quien está representando a los trabajadores afectados, a un suerte de «represión sindical», ya que entre los despedidos se encuentran afiliados de esta organización.
Este pasado lunes 12 de abril, tres de estos empleados cesados en el que hasta hace tres meses era su puesto habitual de trabajo decidieron «dar un paso más» en sus quejas tras haber desarrollado antes diversas «concentraciones», «enviado escritos», «solicitado reuniones» y «advertido de todos los incumplimientos del contrato por parte de la nueva adjudicataria» durante los últimos meses (como ha subrayado el sindicato CNT), obteniendo, sin embargo, un silencio cómplice por parte del propio equipo de Gobierno del Ayuntamiento hispalense.
De este modo, comenzaron un encierro en el mismo edificio consistorial que incluye el cese de la ingesta alimenticia, que ya suma su tercera jornada y que prometen que llegará «hasta las últimas consecuencias» y que no cesará hasta que su «readmisión» y hasta la «revocación» del contrato con Setex.

Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).