Crítica de la primera sesión de cortos de Panorama Andaluz en el SEFF

Iván Jiménez, Mario Niño

 

El pasado viernes 24 de noviembre comenzaron las primeras proyecciones del Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF). La sección de cortometrajes de Panorama Andaluz también comenzó su andadura que cerrará con una cuarta sesión, programada para el próximo miércoles 29. En el día de ayer, el escenario que acogió las cintas fue el Teatro Cervantes, engalanado para la ocasión. El ambiente que se respiraba era de celebración, tanto para los creadores, que veían el fruto de tanto trabajo detrás de las cámaras y focos durante tanto tiempo por fin consagrado, y por los asistentes, que se mostraron complacidos tras comprobar, de primera mano, la calidad y sensibilidad que escondían cada uno de los cortos.

 

Sabbat Andaluz

Sabbat Andaluz- Imagen de archivo del SEFF
Sabbat Andaluz- Imagen de archivo del SEFF

 

La joven Elisa Manzano presentó el que fue el cortometraje más experimental de la jornada. Con la premisa de la despedida entre «faldas de lunares y guitarras», un grupo de chicas, el «aquelarre» despidió a una de sus integrantes en un ambiente majestuosamente labrado para la liturgia andaluza. Vestidas para el ritual, las chicas bailaron con el traje tradicional flamenco al son de una guitarra española que rasgaba armonías flamencas y melancólicas. El sonido imbuía la atención del espectador mientras el aquelarre danzaba ceremoniosamente a su alrededor, ignorando la presencia de su figura (satán), pero conscientes de ella. La directora del corto, antes de su proyección, avisó que su mensaje era el de incidir, desde otra perspectiva, en la violencia estructural que la figura femenina sigue sufriendo en nuestros días, aunque buscaba que cada uno sacara su lectura personal. El adiós de la chica a lomos de un caballo negro hasta desaparecer en el horizonte, donde deja de ser una más del grupo para ser propiedad de su destino, cierra una cinta que rebosa tradición, dolor, pérdida y denuncia. La insensibilidad con la que las protagonistas realizaban sus movimientos denotaba la clara falta de pasión en él, un rito postergado durante generaciones que genera un dolor que se ha vuelto invisible; salvo para ellas.

 

Un lugar para los lobos

Un lugar para los lobos- imagen de archivo del SEFF
Un lugar para los lobos- imagen de archivo del SEFF

 

La ópera prima del joven director Álvaro Ponce muestra a Víctor y José, dos ganaderos, que, empujados por diferentes situaciones, se ven obligados a vender su último rebaño dando paso a una nueva etapa de sus vidas. En este encargo final, los protagonistas deben trasladar a las ovejas hasta el lugar de la venta, donde atravesarán el Valle de los Lobos. Este camino de no más de varios días marcará un punto de inflexión en su relación. Durante este cortometraje de algo más de veinte minutos, el espectador puede comprobar las diferentes posturas ante la venta del último rebaño de estos dos ganadores, aparentemente amigos. Las discrepancias a la hora de ultimar la venta de sus últimas catorce ovejas provoca un conflicto entre los personajes debido a la personalidad y situación de cada uno.

La peligrosidad de la ruta por el posible ataque de los lobos permite a la cinta regalar a los espectadores tomas verdaderamente íntimas que, arropadas por la oscuridad y silencio de la noche, muestran la fragilidad e inquietud de uno de los protagonistas.  El transcurso de la ruta pone de manifiesto el deterioro de la relación interpersonal de ambos ganaderos hasta el punto de generar la sensación de mero formalismo laboral. La posible amistad de ambos parece desvanecerse en el final del corto con un acto de violencia explícita como una ruptura manifiesta y un juego metafórico con el título.

 

Hipocampo

Hipocampo- imagen de archivo del SEFF
Hipocampo- imagen de archivo del SEFF

Dirigida y escrita por Fran Pérez, esta producción hispano-portuguesa trata de jugar con los límites espacio temporales en una ficción que invita a la reflexión del espectador al pasar de un escenario trágico a una cocina en la que las tres protagonistas del corto se reencuentran consigo mismas y se ayudan para paliar el dolor de la pérdida, el hilo conductor del cortometraje. Tres etapas de la vida, la juventud, la madurez y la vejez, en escalera ascendente de izquierda a derecha muestran a los ojos de los espectadores los estados del duelo. Todas ellas han sido atravesadas por este en el mismo momento y, su actitud ante él, es fiel reflejo de la etapa vital en la que se encuentran. Los momentos por vivir, el asentamiento en la cotidianidad y la pesadez de la rutina son la carga que cada una lleva en la mochila. 

 

Visionado

Visionado- imagen de archivo del SEFF
Visionado- imagen de archivo del SEFF

Este cortometraje dirigido por Manuel Román Sierra, más la colaboración de Eli Herrera para la realización del guion, fue la más grata experiencia audiovisual de esta primera sesión de cortos dentro de la categoría de ‘Panorama Andaluz’. Sus menos de cinco minutos fueron suficientes para cautivar y sacudir a los espectadores, a los que convirtió en partícipes de la cinta. Una secuencia inicial, con una posición fija de la cámara, nos muestra una chica en un banco a espaldas de las vías del tranvía que pasa en los segundos que acontece a la acción. 

La cinta muestra una secuencia aparentemente cotidiana, aunque no es tal como parece. Tras la incapacidad de percibir lo verdaderamente relevante de la acción, ésta, como si una cinta de seguridad se tratase, comienza a rebobinar e incluso se congelan y amplían frames para comprobar lo que sucede. La obsesión de quien observa la secuencia por descubrir la verdad encierra al espectador en un clímax de ansiedad por conocer el desenlace de esta “investigación”. La reproducción de las pistas a medida que se detiene la acción, ocultada por el paso del tranvía, convierte en cómplice al público de quien maneja las imágenes tanto que el director te señala directamente en una más que notable ruptura de la cuarta pared. La condensación de todas estos matices tan bien narrados en un ejercicio de brillantez y sencillez convierte a ‘Visionado’ en una experiencia muy completa en tan poco tiempo.

Siembra

Siembra- imagen de archivo de SEFF
Siembra- imagen de archivo de SEFF

Esta obra de Javier Barbero Montes de poco más de quince minutos nos muestra la temporada de recogida de naranjas en Aljarafe. Prudencio, dueño de un terreno, se encuentra en los días previos a la entrega de un gran encargo. Casualmente, en los días que giran en torno a la entrega, se suceden una serie de robos en las fincas cercanas e incluso en la suya que perjudican al resultado final de la entrega. El director captura la tranquilidad de Prudencia, a pesar de ser advertido por la oleada de crímenes, y magnifica su humanidad con cada plano y acción. El corto, de manera muy optimista, muestra la benevolencia y bondad del ser humano, personificada en el protagonista. Ni la vulneración de algo tan relevante como la confianza puede corromper a un hombre justo, comprensivo y magnánimo. Un alegato esperanzador de quienes albergan una posición de poder superior a otros y un bello relato que magnifica el perdón. 

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