Manifiesto de la Federación Andaluza de Memoria Democrática:
El 31 de octubre conmemoramos en España el Día de Homenaje y Recuerdo a las víctimas del franquismo, por tercer año consecutivo. Sólo tres años desde que se aprobó la Ley de Memoria Democrática en 2022 y más de 80 años después del Golpe Militar que dio paso a cuatro décadas de Dictadura y, por tanto, de la pérdida de la democracia, de derechos y libertades.
Reconocemos en este día a todas las personas que por defender la democracia, la igualdad, la libertad y la justicia social sufrieron, individual o colectivamente, daño físico o moral, así como daños patrimoniales, en lo que fue una flagrante violación de los derechos humanos durante el periodo histórico que abarca del golpe de Estado de 1936, la posterior Guerra y la Dictadura franquista, hasta la entrada en vigor de la Constitución española en 1978.
Más de 80 años después algunos sectores del ámbito político, institucional, social y económico ultraconservador siguen empeñados en dificultar una Memoria Democrática que arroje luz sobre los hechos históricos, sobre las víctimas y sobre cómo España alcanzó de nuevo la democracia. Obstaculizan unas políticas de Memoria que ponen en el centro a las víctimas y permiten leer las páginas más oscuras de nuestra historia reciente, no desde el rencor ni los bandos, sino desde el cumplimiento de las directrices de los organismos internacionales sobre verdad, justicia y reparación.
La garantía de no repetición sólo será posible si somos capaces de conocer la historia, para no volver a cometer los mismos errores. Y aprender nuestra historia también implica comprender mejor nuestra democracia, con sus luces y sus sombras, y con ello todo lo que nos queda por hacer para consolidarla.
La Ley de Memoria de 20222, con muchas dificultades, sobre todo en los territorios donde gobierna la derecha, está permitiendo recuperar miles de cuerpos en fosas y cunetas que son la vergüenza de un país que se llame democrático, está situando la Memoria donde merece, acabando con un olvido oficial impuesto durante décadas.
Esta Memoria ha permanecido viva gracias a lucha del movimiento memorialista, a víctimas y familiares, y junto a ellos, hombres y mujeres de multitud de profesiones: historiadores, arqueólogos, antropólogos. Personas empeñadas en rescatar y mostrar las historias, en investigar los hechos, en definitiva, en conseguir que la Memoria no se quede en silencio.
Y por eso, este tercer aniversario es tan importante. Pese a todos los envites de quienes siguen intentando llevar a cabo un revisionismo vergonzante del franquismo; pese a la ola de ultraderecha y neofascismo que recorre el mundo con millones de adeptos, tan fanáticos como ignorantes de la historia mundial más reciente; pese a todo, la Memoria Democrática sigue en pie.
Y lo hace con una generación de juventud que está llevando la Memoria a la Educación, a la Universidad, al arte, a la investigación científica. Profesores, cineastas, políticos, poetas, periodistas, sociólogos son los herederos y herederas de una lucha memorialista sin olvido, sin silencio y sin miedo.
Este manifiesto apela y celebra a esta juventud actual, nacida en democracia y la más formada de nuestra historia, que son un halo de esperanza hacia un futuro mejor. Son ellos y ellas quienes están asumiendo este testigo, siguiendo la estela de tantos hombres y mujeres que fueron capaces de entregar su vida por un país libre, igualitario en libertades y derechos.
Hoy 31 de octubre. Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición.
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