La sanidad pública vive un momento especialmente delicado en Andalucía. Pese a los cantos de sirena pregonados por el Gobierno de Moreno en cuanto a la inversión sanitaria realizada durante los últimos años en la comunidad, de la que una buena proporción va a parar a manos de la sanidad privada, centenares de incidencias no dejan de reportarse constantemente en torno al mal funcionamiento de la respuesta asistencial, las extensísimas listas de espera y a la insuficiente cantidad de profesionales con los que cuenta el tejido sanitario público andaluz.
Una de las últimas denuncias públicas que han recorrido las redes sociales ha sido la de un malagueño de avanzada edad que ha alzado recientemente la voz para clamar directamente contra la gestión en sanidad de Moreno tras ver cómo su nieta, con 19 años, sufría un «derrame cerebral» y «no había ninguna ambulancia disponible» al ponerse en contacto con los servicios sanitarios.
Este anciano malagueño, que relataba que su nieta «vive en un piso con la madre y no tenía ascensor» -para más inri- y que ambas se vieron obligadas a «coger un taxi» mientras la joven tenía el «conocimiento perdido», para ir hasta el centro hospitalario más cercano, apuntaba directamente contra el propio presidente de la Junta reclamando que los andaluces y andaluzas deberían echar «a ese Manuel Bonilla a estacazos fuera» de territorio andaluz.

Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).