Juan Espadas durante la presentación de la lista europea del PSOE en Sevilla

Los datos en los comicios europeos que dan la razón al proyecto de gobierno de Espadas y del PSOE-A para las autonómicas

Espadas y su proyecto de gobierno alternativo al del PP de Moreno para las próximas elecciones autonómicas tienen más respaldo que nunca. Pese al ruido generado por varias voces disidentes desde el seno del PSOE-A tras los resultados registrados en Andalucía en los comicios europeos, la realidad es otra bien distinta desde la máxima dirigencia de las ocho capitales provinciales de la formación socialista y los datos obtenidos, optimistas para la necesaria senda de recuperación del voto socialista en la comunidad, les dan la razón.

En una reunión mantenida este pasado viernes por la cúpula de la organización en territorio andaluz, los secretarios provinciales han cerrado filas en torno a la figura de Espadas y han reafirmado su apoyo al proyecto político emprendido por la Ejecutiva regional y a la necesidad de seguir profundizando y mejorando la labor de oposición y la movilización de todo el partido en las agrupaciones locales. El objetivo es claro, sin titubeos: construir una alternativa a la del PP-A lo suficientemente solvente como para conseguir la confianza de la mayoría social andaluza en 2026.

Los números para lograrlo, además, están ahí. Si bien el deshábito a ejercer, por quinto año consecutivo, como opositor en una comunidad que ha sido gobernada por el grupo progresista durante cuatro décadas ha llevado a más de un socialista a una impaciencia que es mala consejera y, ante todo, mala acompañante, las cifras, eso que le gusta tanto a Espadas, avalan que se anda transitando por el camino correcto para teñir de rojo nuevamente la dirigencia de la Junta de Andalucía.

Los resultados de las elecciones europeas, que si bien siguen sin ser los deseados, como aseguran la propia cúpula andaluza, constatan una base electoral sólida en las tres últimas elecciones celebradas. La recuperación del voto socialista desde los comicios autonómicos desde 2022, unido a la caída del voto del PP en la comunidad, han hecho que la distancia en estos momentos entre los dos partidos haya pasado de la friolera de 19 puntos, la anotada precisamente en las autonómicas, cuando el PP-A conquistase el 43 % de los votos, por el 24 % del PSOE-A, a solo cinco puntos en apenas un par de años, dado el 37 % obtenido ahora por los populares y el 32 % consignado por los socialistas.

Y es que, a pesar del bajo nivel de participación de estos sufragios, especialmente, en el ala progresista, el porcentaje de voto obtenido por el Grupo Socialista sobre el total en Andalucía (32,2 %, para ser exactos), está dos puntos por encima de la media nacional de voto al PSOE, suponiendo, para más inri, el 18 % de los apoyos recibidos por el PSOE nacional, con 935.603 votos. Y todo ello, a sabiendas que el contexto nacional ha sido difícil -el hostigamiento a la figura de Sánchez es vivo testigo de ello- por cuanto la candidatura de Teresa Ribera solo ha ganado en tres comunidades: Cataluña, Navarra y Canarias.

Por otro lado, el desgaste de Moreno como barón del PP en comparación con otros liderazgos populares como los de Isabel Díaz Ayuso o Alfonso Rueda en comunidades como la de Madrid o Galicia, por el contrario, es notorio. De hecho, Andalucía, no solo es el único territorio donde, gobernando el Partido Popular con mayoría absoluta, no llega al 40 % de los votos, sino que el PP andaluz está en el décimo puesto del ránking de resultados de su partido en el conjunto de comunidades que gobierna, no siendo tampoco el territorio que más aporta al Grupo Popular en el conjunto nacional.

Juan Espadas junto a Pedro Sánchez en un acto de campaña de las elecciones europeas.

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