Profundo era el amor que le profesaba María de los Ángeles Infante a aquel venerable sujeto que le viera nacer bajo el título de progenitor y que acabase erigiéndose por pensamiento, obra y acción en el mayor de los referentes del andalucismo histórico -no, precisamente, carente de tantas y tantos otros-. La hija mediana de Blas Infante, el reconocido como el Padre de la Patria Andaluza, que ha fallecido durante la madrugada de este 4 de abril a sus 93 años quiso dedicar su vida a preservar la memoria y el legado del que fuera su predecesor.
Precisamente, en ese afán sempiterno e inagotable por difundir lo reflexionado, repensado, efectuado y producido por su padre, lo que le llevó a fundar en 1983 la vigente Fundación Blas Infante, dedicada a la vida y a la obra del icónico andalucista, hace tan solo una década, en 2014, María de los Ángeles formó parte de un homenaje celebrado en el Parlamento de Andalucía en honor a este. En el acto, en el que se conmemoraba el nacimiento, un 4 de julio (la fecha de este evento autonómico) de 1885, del padre patrio andaluz, la también celebérrima andalucista, por entonces, octogenaria, confesó que Blas “nunca, ni en los momentos más duros, perdió la firmeza y el sentido de la responsabilidad”.
María de los Ángeles, siempre cauta y elegante, mujer de luz, precisamente con la que siempre buscó iluminar la trayectoria, el ideal andaluz de su progenitor -y la identidad andaluza, indudablemente-, recordaba que “nunca estuvo más alta la dignidad de Andalucía” que cuando él vivía en, por y para ella, subrayando que “pudieron fusilarlo, pero no abatirlo ni humillarlo”. Luego, ya se sabe, “una fosa común y silencio”.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).