“Hay diputados a los que les cuesta llegar a final de mes”.
Estas han sido las palabras del presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre, en la mañana de este viernes, tras anunciar que busca un acuerdo con los distintos grupos políticos para actualizar las dietas e indemnizaciones que reciben los diputados.
El argumento es que estas están congeladas desde 2017 y que el coste de una habitación de hotel, por ejemplo, ha subido desde entonces. Esta diferencia es la que provoca que un diputado, cuyo sueldo medio es de más de 3.000 euros, le cueste llegar a final de mes, en palabras de Aguirre.
Las dietas semanales de las que estamos hablando oscilan entre 200 y 410 euros, según la distancia a la que se encuentre el diputado en cuestión. Los miembros de la Mesa del parlamento y portavoces de grupos reciben 500.
La polémica, obviamente, está servida. No solo por la impopularidad de la que gozan los políticos y la política actualmente: según el último Centra, la insatisfacción con la política es la tercera mayor preocupación de los andaluces; sino que estamos en un contexto donde el Gobierno no favorece la implantación del Bono Alquiler Joven, hay un grave problema de privatización de sanidad y educación, se le restan impuestos a los más ricos… y, mientras tanto, el argumento estrella para solicitar que se actualicen las dietas es que “no llegan a final de mes”.
Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.