Cristian López Domínguez«Sospechas de trato de favor» y un contrato «hecho a medida» del cordobés José Manuel Soto. Esas fueron las dos conclusiones a las que llegó la Oficina Andaluza Antifraude (OAAF) tras investigar el primero de los contratos que el artista recibió a manos de Juanma Moreno y de la Junta de Andalucía, por valor de 14.472 euros, instando a la Administración andaluza a que lo anule en un plazo máximo de seis meses.
La resolución de esta Antifraude, ahora bien, no extrañó a muchos andaluces y andaluzas, y mucho menos a políticos de la oposición progresista en el Parlamento de Andalucía, a quienes el dictamen de la OAAF solo vino a ratificar lo que era un secreto a voces: el amiguismo y el favoritismo que existió en esta licitación entre el ente público y Soto. Al menos, por ahora, en la primera de las licitaciones. Tanto, que uno de los denunciantes ante la Oficina, el parlamentario de Por Andalucía José Manuel Gómez Jurado (Podemos) advertía, tras conocer estas conclusiones, que la adjudicación a la Fundación ‘Destino Rocío «desde su presentación, olía mal».
Precisamente, Gómez y su grupo político publicaron la pasada semana, en cuanto se conoció lo determinado por la Oficina Andaluza contra el Fraude y la Corrupción, un vídeo en el que dejaban muy en evidencia las declaraciones que profirió el presidente andaluz, Juanma Moreno (amigo, confeso, del cantante cordobés), durante el acto de presentación de la Fundación tejida por José Manuel Soto, en las que, en un conato de sinceridad (y, sin saberlo, en todo un sincericidio), reconocía que el siempre polémico artista «no venía con maletas», «ni con grandes proyectos», «ni maletas ni cosas de esas» cuando le presentó le sugirió y expuso la idea, y que el equipo de «patronos» que había «designado» eran «todos amigos».
Este diputado morado, por último, confesó que su agrupación está encontrándose con «trabas» del Gobierno andaluz para acceder a todo lo referente a las subvenciones otorgadas a Soto y a su fundación, y lamentó que no hayan sido numerosos los «gestores culturales» y de «trabajadores» a los que se les fuese asignado este trabajo en vez de a su controvertido paisano cordobés, sin ninguna experiencia en este terreno.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).
