El vertido de más de 80.000 millones de litros de aguas tóxicas de la mina de Aznalcóllar (Sevilla) que pretende autorizar la Junta de Andalucía en el cauce del río Guadalquivir, a su paso por el Estadio Olímpico de la Cartuja hispalense, sigue sumando detractores que llevan meses alzando la voz para advertir del importante desastre ambiental, económico y humano que supondría el derrame de semejante cantidad de residuos, cargados de metales pesados como cadmio, arsénico, plomo o mercurio, al contenido fluvial del río.
Diversos grupos ecologistas como Greenpeace, Ecologistas en Acción o WWF acumulan casi medio año ya movilizándose por los ayuntamientos, asociaciones vecinales, cooperativas, coordinadoras de organizaciones de agricultores y ganaderos y grupos políticos de las comarcas de las provincias de Sevilla y Cádiz que podrían verse plenamente afectados por la evacuación de estos miles de millones de remanentes procedentes de la hipotética reapertura de la mina aznalcollera.
En una jornada divulgativa sobre la llegada a estos residuos de aguas tóxicas al río celebrada este pasado 12 de abril en Sevilla, el responsable del área de Minería de Ecologistas en Acción en Andalucía, Isidoro Albarreal, volvió alertar, en declaraciones a Espacio Andaluz, del grave peligro al que se expone “todo el estuario del Guadalquivir”, desde “donde se produciría” esta descarga de aguas repletas de estos metales pesados, en el Estadio de La Cartuja, hasta la “desembocadura en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)”, e, incluso, “hacia arriba también”, dado que el estuario del río “tiene influencia mareal” y las corrientes de las aguas algunas veces va en dirección hacia el mar y otras veces hacia la presa de Alcalá del Río (Sevilla). Albarreal fue contundente a la hora de asegurar que este vertido “significa clarísimamente el envenenamiento del río”, que “vertebra a la comunidad autónoma andaluza”.
Luis Berraquero, coordinador de Movilización de Greenpeace en Andalucía, por su parte, reveló que la presencia de una alta concentración de metales pesados es “uno de los principales problemas” que presenta el vertido, puesto que son “supernocivos” para “la salud de las personas y del medio ambiente”. Elementos como cadmio, arsénico, plomo o mercurio son “muy difíciles de eliminar de los ecosistemas”, lo que pondría “en riesgo” no solo el “ecosistema fluvial en sí mismo”, sino “todas las actividades sociales, humanas y ambientales” que giran en torno a este ecosistema.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).