Lince ibérico deja de estar en peligro de extinción

El lince vence a su principal amenaza en la Península Ibérica: deja de estar en ‘peligro de extinción’ y se multiplican por diez dos décadas después

El mundo de la biología y de la naturaleza está de celebración en España y, especialmente, en Andalucía. El lince ibérico ya no se encuentra en ‘peligro de extinción’ en la Península Ibérica. La especie ha pasado de contemplar una población de tan solo 94 ejemplares hace dos décadas, a superar ya la cifra de los más de 2.000.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha hecho oficial la retirada de este animal, uno de los que mayor carisma y cariño profesa por parte de la ciudadanía, de la preocupante categoría, y ha pasado a catalogarlo de ‘especie vulnerable’, como ha confirmado el propio presidente andaluz Juanma Moreno, quien ha asegurado que es todo un «éxito» y un «orgullo» para la comunidad andaluza.

La transferencia a esta nueva etiqueta, pese a su todavía sensibilidad, lo que ha llevado a organizaciones ecologistas como WWF a celebrar la noticia pero a subrayar la importancia de seguir trabajando para acabar con la amenaza de manera definitiva, que se lograría de alcanzar los 3.000 a 3.500 ejemplares -lo que podría conseguirse de aumentar el número de hembras reproductoras a las 750 en total-, es todo un hito conservacional en Europa.

Del total de linces censados, 1.730 ejemplares están localizados en España, mientras que 291 residen en el país vecino, Portugal. Andalucía es la comunidad que alberga un mayor número de los distribuidos por los límites nacionales, con 755. Castilla-La Mancha, con 715; Extremadura, con 253, y la Región de Murcia, con siete ejemplares, le siguen.

La ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, se ha mostrado en términos de festejo similares a los de Moreno y ha agradecido el  esfuerzo de «muchas administraciones, muchas organizaciones y muchos centros de investigación» que han permitido recuperar el lince ibérico con centros de cría en cautividad desde los que después ha sido posible la liberación de ejemplares: «Hoy estamos en condiciones de poder alumbrar luz de esperanza para el lince, de celebrar un programa como poco de éxito», ha matizado la ministra.

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