Adiós a una etapa. Hola a una nueva. El dirigente socialista Alejandro Moyano, secretario general de Juventudes Socialistas de Andalucía (JSA) durante los últimos seis años (desde que en 2019 tomase las riendas), se despidió este sábado del particular ‘bastón’ de la agrupación juvenil de las y los socialistas andaluces para aventurarse, como presente y (muy prometedor) futuro del PSOE andaluz (poco tardará, seguro, en estar en Estrasburgo o en la Cámara andaluza, pues se cumple la paradoja de que en ambos contexto es el siguiente en la lista del PSOE ante cualquier renuncia) en el decimotercer congreso de las JSA, celebrado este mismo fin de semana en la localidad en el que precisamente este nació y se crio: Castilleja de Guzmán.
Allí, donde curiosamente comenzó la «cuadratura del círculo» (que ayer mismo cerraba) militando en Juventudes, el guzmareño, en un emotivo encuentro ante cientos de militantes de la agrupación joven de todas las geografías andaluzas (y otros tantos compañeros y compañeras ya en plena ebullición de la formación ‘adulta’) dedicó, en su ‘último baile’, un aguerrido discurso con claro acento de reivindicación socialista contra las políticas del Gobierno de Moreno y la aciaga realidad andaluza de la mano del Partido Popular, y con un marcado «acento andaluz».
Precisamente, Moyano, que si algo le caracteriza ante todo es el ser un orgulloso andaluz, se dirigió a todos aquellos y aquellas que, de Despeñaperros ‘parriba’, «imitan el acento andaluz con superioridad o del que intentan burlarse pidiendo traducciones absurdas» para aseverar con rotundidad que prefiere «las vocales abiertas, a las mentes cerradas» y que quiere «los plurales sin ‘s’ cuando sean banderas de pluralidad y de diversidad». «Ese es el acento que yo quiero», ratificaba para aplauso del gentío citado, terminando por apuntalar que «en los huesos de nuestro acento está el sudor y la alegría de todo un pueblo».
El joven dirigente de la formación progresista cerró su intervención de despedida lanzándole otro batallador alegato a la nueva máxima responsable del PSOE de Andalucía, la también sevillana María Jesús Montero (allí presente frente a él) instándola a «hacerlo», a «conseguir el objetivo», que «no es otro que darle un futuro a esta tierra», recuperando la presidencia de la Junta de Andalucía que el propio Moreno les arrebató en 2018, tras más de cuatro décadas de gobierno inimterrumpido de color rojizo.
El ya exlíder de las JSA terminó con una retahíla de todas aquellas y aquellos miles de andaluces que sufren, a su pesar, los desgraciados efectos de las políticas liberales y conservadoras que están azotando durante los últimos años a la comunidad andaluza bajo la dirigencia genovesa. «María Jesús, tienes contigo a los usuarios de los servicios públicos que tienen en la calle sus salas de espera, tienes a los padres y madres de niños que no tienen asignado pediatra en su centro de salud…», narraba, entre otras muchas cuestiones.

Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).