Arbonaida ha sido una canción «difícil de parir» según confiesa su artista y compositor, Rafael Machuca, quien pese a escribir la letra en tan solo un día ha necesitado un año para sacar adelante el producto final. Es una canción que, al igual que otras de Machuca, redunda en el mensaje andalucista, regresando hasta los orígenes de nuestra tierra para pedir tierra y libertad enfundados en la bandera, la Arbonaida.
La canción está envuelta en sones andaluces. Lo que empezó siendo una letra acompañada de tan solo una guitarra y prevista para ser una bulería ha evolucionado hasta lo que es hoy, un compendio melódico y artístico andaluz que rescata sones y tradiciones características de Andalucía, como la música cofrade. Aunque el rasgo más característico de Arbonaida es sin duda su carácter rebelde y reivindicativo, destacado tanto por Machuca como por Antonio Manuel. Hasta el estribillo, la canción empieza con estos versos:
Desde las ocho puntas de Tartesos / mi sangre fue sangre de luchador / y sé que en lo más hondo de este pueblo que siempre vivió sufriendo aún se encuentra este dolor/ y yo no me resigno a ser esclavo/ ni a besarle los pies a ningún señor/ por eso levanto la blanca y verde cuando la sangre me hierve y me envuelvo en su color.
La participación del intelectual Antonio Manuel ha sido, para Machuca, una especie de «guinda al pastel» a estos 25 años de carrera. El cordobés ha sido partícipe en la canción no solo con una intervención directa, donde realiza una suerte de declamación sobre los orígenes de esta palabra, sino que va más allá, a «todo lo que debe significar para todos los andaluces esta bandera: social, comprometida y revindicativa. Las banderas no tienen la culpa de los mensajes que se les imputan», ha explicado Antonio Manuel.
Mientras el escritor cordobés interviene en Arbonaida, la música que le acompaña es música de la religiosidad popular andaluza, música de Semana Santa. Machuca ha explicado que su inclusión se debe, fundamentalmente, a que forma una parte muy importante del pueblo andaluz, además de su devoción por la musicalidad de las marchas. Para Antonio Manuel, esto ha supuesto un claro acierto, porque:
«La religiosidad popular andaluza no es solo un marcador identitario sensorial, también tiene un componente de razón y rebeldía porque la religiosidad popular andaluza ha conservado la memoria de generaciones enteras que se refugiaron en ella, frente a la persecución de los poderosos. Así que me parece un completo acierto vincular la religiosidad popular con la arbonaida, nuestra bandera, igual que hizo Blas Infante con el himno. Pero además me parece un completo acierto esta reivindicación o normalización de la perfección y la belleza que emana de la religiosidad popular andaluza para evitar que esté colonizada por la derecha y extrema derecha, como si solo les perteneciera a ellos. Yo creo que le pertenece a nuestro pueblo y esta normalización que se está llevando a cabo desde la música en este caso me parece un acierto reivindicativo, rebelde, hermoso y bello como la propia canción».
Arbonaida es parte de un recopilatorio que Machuca ofrecerá en su próximo concierto donde celebra los 25 años como artista. De ese recopilatorio también forman parte canciones como El Perro Andalùh o Andalucía Levanta, que muestran la personalidad andaluza y andalucista de Machuca, así como un férreo compromiso con Andalucía: «Arbonaida nace de manera innata, sin una idea premeditada. Te pones a escribir y sale ese sentimiento andaluz que llevas dentro».
Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.