Supersubmarina
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Supersubmarina, cien maneras de volver: «La vida es la hostia»

El pasado domingo tuvo lugar la emisión en La Sexta del programa de Salvados dedicado al grupo jienense Supersubmarina, donde los integrantes del mítico grupo y gente cercana se abrieron en canal para narrar la mejor época de sus vidas y el posterior descenso a los infiernos de los cuatro componentes del grupo y sus familias, tras un trágico accidente un fatídico 14 de agosto de 2016, a menos de una hora de Baeza y tras finalizar uno de los últimos conciertos de una gira que todos querían acabar.

‘Supersubmarina, cien maneras de volver’ es el elocuente título con el que el programa de Fernando González, más conocido como Fer Gonzo, nos preparaba para esta magnífica historia de redención humana. En esta historia epopéyica, en la que los protagonistas tienen que realizar una hazaña, el accidente marca el inicio de la misma, como si crear un grupo desde cero en una ciudad de Jaén no fuera suficiente. O si pasar de tocar en el garaje de José (Chino), el vocalista y letrista del grupo, a llenar el Wizink Center se quedara en tan solo una anécdota con lo que el destino tenía preparado a Supersubmarina.

El accidente que lo paró todo no solo provocó, en cada uno de ellos, consecuencias físicas, extremadamente graves en dos de ellos: Juanca y Chino. Sino que dejaron unas secuelas psicológicas cuyo peso estuvieron sosteniendo cada uno de ellos hasta que Fernando Navarro, artífice y autor del libro Algo que nos sirva como luz, como un ángel caído del cielo, volvió a unir y reconciliar humanamente al grupo.

El programa, emitido en dos partes, es un viaje por la historia de un grupo de amigos que persiguiendo sus sueños ayudaron a soñar a millones de personas que, con el paso del tiempo, han convertido a Supersubmarina en la banda sonora de sus vidas. Una historia que, sobre todo ellos, merecían contar. Porque también han tenido que cargar con el inexorable peso de la responsabilidad que, sin quererlo, los fans habían puesto sobre ellos. Una angustia de la que todos eran partícipes y que les iba consumiendo por dentro hasta que fueron realmente conscientes del estado de Chino, cuya recuperación está marcada por un tempo mucho más calmado. 

«La vida es la hostia»

Precisamente Chino ha sido, y cómo no, el protagonista principal de esta historia. En torno a él giraba todo, como suelen hacer las constelaciones sobre las estrellas. Y, sin desmerecer a nadie, el peso del documental va cayendo, poco a poco, sobre el artífice de Supersubmarina. El impulsor principal, la cabeza detrás de las melodías y, sobre todo, las letras. Esas poéticas letras que un chico de Baeza componía ante la atónita mirada de su hermana, que lo contemplaba estupefacta cuando veía leer poesía a un chico de su edad. 

José se llevó la peor parte y su vida ha cambiado drásticamente. Tanto, que es incapaz de hacer lo que más disfrutaba, aunque ha afirmado que en su cabeza aún hay música «todo el día». Sin embargo, la mayor enseñanza de uno de los mejores artistas de la música española, tal y como afirma su mánager en el documental, nos ha dejado también una gran enseñanza de vida: «La vida es la hostia», afirma con una sonrisa que contagia al espectador y que contiene un aliento esperanzador que traspasa la pantalla. 

Asimismo, el alma de Supersubmarina no dejó de derrochar optimismo ante la situación que está atravesando, encontrando su principal motivación en sus padres, a quienes nunca les ha confesado el sentimiento de agradecimiento que siente por lo que estos han tenido que sufrir del accidente. Las lágrimas se asomaron al balcón de sus ojos cuando Gonzo le preguntó por este tema, y afirmó que era precisamente por ellos por lo que luchaba cada día para volver a ser el de antes. 

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