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Otras de las ‘perlas’ del Gobierno andaluz para oponerse a que menores no puedan asistir a los toros: «Lo mismo que no se puede prohibir el acceso de menores a museos, tampoco a la tauromaquia»

04 Jun, 2025 · 14:14h

El apoyo del Gobierno andaluz, liderado por el dirigente conservador Juanma Moreno, a la tauromaquia y a los festejos taurinos comienza a ser digno de estudio. Especialmente, en cuanto a las razones fundamentadas de cara a la galería pública para razonar este respaldo, con tintes de evidente doctrinarismo.

Si entre los argumentos con los que el Ejecutivo de Moreno se opone a que se prohibiese la entrada de menores a festejos taurinos (como pedía una proposición de ley de la formación progresista Por Andalucía) está el de que, según entienden, «estos espectáculos pueden generar en el menor una conciencia ecológica y de empatía con el entorno animal» y «una actitud totalmente contraria a la violencia y de admiración a los animales», otro de los juicios de valor para justificar su posicionamiento a que los niños, niñas y adolescentes puedan asistir libremente a los toros es el de la sempiterna tesis de la tauromaquia como valor y actividad cultural.

La Administración regentada por el PP de Andalucía ha esgrimido, en este sentido, que «no se puede coartar la cultura: lo mismo que no se puede prohibir el acceso a menores a museos, tampoco se puede prohibir el acceso a la tauromaquia». Además, ha aseverado que la presencia de niños es fundamental para «preservar el acervo cultural» y que no comparte la consideración de Naciones Unidas de la tauromaquia como práctica «con efectos nocivos» para los menores, porque, argumentan, «se contrapone» con otros derechos, como los relativos a «promover y defender los valores culturales y de apoyo a la tradición», y el «derecho preferente» de los padres a escoger el tipo de educación para sus hijos.

Una retahíla de sinsentidos que no muestra sino la promoción de una clara agenda ideológica de los llamados señoritos andaluces «de nueva generación», como muchos expertos y periodistas califican a un nuevo perfil de ‘cortijeros’ andaluces, que el propio Moreno encarna a la perfección, y que tienen entre sus aficiones, como los de antaño, la tortura y el maltrato contra los animales.

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