La educación comenzó como puro placer. Fue en la Grecia Clásica donde esta cobró un carácter sistemático. Tal fue el caso, que debemos traer a colación, la academia de Platón y el ágora de Aristóteles. Tras el helenismo y el escolasticismo, surgieron las primeras universidades, que datan de 1.200 y que estaban erradicadas en las ciudades italianas de Salerno y Bolonia.
Desde comienzos, la inversión en capital humano a través de la educación ha sido fundamental. Según la OCDE, el capital humano se concibe como el conjunto de conocimientos, aptitudes y otras habilidades que un individuo posee. Es de vital importancia la docencia en la universidad publica, que es la única que garantiza el acceso a la educación superior y promueve y dota de musculatura social y crítica a su entorno.
Las universidades públicas deben volver a ser líderes en muchos ámbitos, como el de la investigación, transfiriendo al tejido empresarial y colaborando con él para impulsar el desarrollo económico. No es además, menos importante en términos culturales. Los espacios universitarios públicos son el mayor centro creativo que existe; lugares donde las ideas son, a la par, herramienta y resultado de arduo trabajo y donde el único objetivo es la búsqueda de una sociedad mas solidaria e igualitaria.
Por eso, el Partido Socialista siempre lo ha tenido claro. Hemos puesto en marcha medidas como la bonificación del 99% de la matrícula o la mayor subida en becas de la historia de España, apostando siempre por una igualdad de oportunidades y aumentando este tipo de ayudas. especialmente, de cara a que se beneficiasen aquellas personas que tenga que trasladarse desde los pueblos del interior o aquellas otras cuya situación socioeconómicas es más desfavorable.
Creo menester, hablando de entidades universitarias públicas, hacerlo de la autóctona, la Universidad de Málaga. La UMA ha conseguido mantenerse un año más entre las mejores universidades del mundo, una posición que más que positiva para la institución malagueña que ha sufrido, sin embargo, una pésima gestión desde la Junta de Andalucía. Los barómetros que llevan a colocarla en esta posición son, entre otros, la popularidad del centro académico, las salidas profesionales, los estudios publicados o el número de estudiantes extranjeros que reúne.
En sus dos campus, el de Teatinos y el de El Ejido, cuenta con un total de 53 edificios, reunidos en 18 centros (13 facultades, 4 escuelas y la Escuela de Doctorado) y 71 departamentos. A esta estructura hay que añadir dos centros adscritos en Antequera y Ronda. Esta tejido estructural le permite a la Unviersidad de Málaga detentar una amplísima oferta académica compuesta de hasta 86 grados, de los que 20 son dobles titulaciones, 78 másteres y 7 titulaciones dobles de máster. No es extraño pues que al finalizar el curso 2022-2023, en la UMA estudiasen la importantísima cifra de 39.247 alumnos y alumnas.
La educación es un bien público, inspirada en los principios de igualdad y libertad, y la universidad un instrumento emancipador de los individuos que debemos incentivar desde la política.