Los Rugidos, la realidad y el cambio

Todavía las mujeres no sabemos los efectos de nuestros rugidos, esos que se oyen cuando sacamos a las leonas que llevamos dentro y las dejamos hablar por nosotras. Cuando no nos callamos ante nadie. Cuando mordemos con palabras los prejuicios de quienes se creen que, por el hecho de ser mujeres, no somos capaces. Es instintivo y, todavía, las mujeres no sabemos los efectos de nuestros rugidos. Pero lo sabremos pronto. Muy pronto.

Esto me lleva a hacer mención de una frase de Michael Jordan que dice que “algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pasará y otras hacen que suceda”. A mucha gente nos gusta pensar que pertenecemos al tercer grupo.

Por eso salimos a la calle miles de personas: para hacer que las cosas sucedan, para dar voz a todas aquellas mujeres que ya no la tienen. Porque estas convocatorias no contradicen lo dicho en las urnas. En las urnas practicamos la democracia, sí. Y también lo hacemos manifestándonos, saliendo a la calle, como bien lo recoge nuestra a veces débil constitución en su artículo 21. Es muy fácil barrer siempre para la casa propia a la conveniencia de cómo sople el viento. Pero no, señores y señoras: ni esto es una moda, ni somos kale borroka. La lucha feminista lleva, por lo menos, un par de siglos acompañándonos.

Y es que somos hordas, somos legiones, somos millones las mujeres y los hombres que queremos continuar con los pasos dados… Porque hay mucho aún por hacer. Tanto que hay quien piensa que hemos llegado al final del camino. Pero no aceptamos realidades inacabadas y mucho menos esa paradójica “igualdad a medias” que nos quieren vender desde la Junta de Andalucía. En esta vida no “nos reímos a medias”, como no se puede ser “casi amiga” o solo “querer un poquito”. Nos gusta reír intensamente, nos gusta la amistad plena y nos gusta el querer completo.

Por eso, si algo cambia para retroceder, si nos dejamos las ventanas abiertas… no podemos culpar al viento del desorden hecho. Pero, por eso también, todavía las mujeres no sabemos los efectos de nuestros rugidos. Pero lo sabremos pronto. Muy pronto. Y seguiremos rugiendo.

En Córdoba tenemos una próxima ocasión de seguir rugiendo para que se nos siga escuchando más fuerte que nunca ya que los datos de asesinatos machistas están siendo escandalosos. Tenemos una cita, mujeres y hombres de Córdoba el próximo lunes 25 de septiembre a las 19:30 en la escultura contra la violencia de machista (plaza de las Artes en Fidiana).

Rugiremos fuerte por todas aquellas que ya no están, por todas aquellas que apagaron su voz, por todas aquellas que quieren silenciar. Rugiremos ante aquellos que quieren callar nuestra voz volviendo a ser las leonas que llevamos dentro para defendernos entre nosotras.

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