Abastecimiento de agua en los barrios almerienses afectados por el exceso de radiactividad en el suministro doméstico de agua.

Una cotidianidad ‘no radiactiva’: la vida alternativa de algunos barrios almerienses afectados por la contaminación radiactiva del agua

Imagínese, por un momento, que un determinado día la administración competente decide prohibir el consumo del agua que emana de sus respectivos grifos domésticos aduciendo para ello que hay un exceso de radiactividad en ella. Imagínese, también, que, de buenas a primeras, se ve abocado a desarrollar todas sus labores diarias abasteciéndose, en solo ciertas franjas horarias, de camiones cisterna y de cubas que nutren de caudal hídrico no solo a usted, sino también a todos sus vecinos y vecinas. Esta realidad, a priori, paradójica, es la que afrontan, a duras penas y desde hace más de una quincena, decenas de calles de los barrios de La Joya y Castell del Rey de la capital almeriense y los diseminados que se encuentran entre esta última pedanía y el municipio de Aguadulce.

Una coyuntura que se han visto obligados a integrar en su cotidianidad los habitantes de estos sectores desde que el pasado 15 de diciembre la Consejería de Salud y Consumo decretase la prohibición de beber y de usar el agua para la preparación de alimentos -aunque no para la limpieza del hogar o el aseo personal-. Salud lanzaba esta orden tras llegar a sus manos un informe de la empresa encargada de la vigilancia de los parámetros de radiactividad del agua que procede de los pozos de Bernal -depósito de San Cristóbal-, que registraba valores de alto nivel de contenido radiactivo.

Este exceso de radiación, ahora bien, es 100 % natural -alfa-, es decir, que ha sido generada sin que haya existido vertido, accidente o actividad nuclear y/o industrial alguna que la haya provocado. Su origen viene dado por la propia orografía de la provincia almeriense, cuya geología volcánica hace que minerales como el plomo, el radio, el polonio o el radón, que cuando se presenten en forma de sales disueltas adquieren propiedades radiactivas, sean frecuentes y estén dispersos por rocas y suelos por los que discurre el agua subterránea. Este agua será posteriormente la que abastezca a algunos de los barrios de la capital, especialmente, a los que no extraen su suministro del agua desalada -como si hacen la mayoría de zonas de la ciudad-.

Mientras se solventa el problema, Junta de Andalucía y Ayuntamiento almeriense han provisto un dispositivo de camiones cisterna que suministra diaria y gratuitamente agua apta para consumo a los afectados y afectadas. Camiones cisterna, por cierto, que no son nuevos en la comunidad andaluza y que parecen haber llegado para instalarse definitivamente, puesto que también han podido dejarse ver durante este verano en provincias como Córdoba y Málaga a consecuencia de la grave sequía que padecen estos territorios andaluces.

Este avituallamiento de agua potable en la localidad almeriense, eso sí, si bien se lleva efectuando sin límite de litros por persona, dentro, no obstante, del sentido común, durante estos quince días ya de la cuestión -para adaptarse a las necesidades de cada hogar-, sí que solo es distribuido en franjas horarias específicas para cada uno de los barrios damnificados. De este modo, en el barrio de La Joya, por ejemplo, se anda repartiendo agua en la Avenida del Mar con calle Huerta Cadenas de 9,00 a 11,00 horas y de 16,00 a 18,00 horas, y, en Castell del Rey, el reparto se hace al inicio de la calle Alfonso XII de 8,00 a 9,00 horas y de 16,00 a 17,00 horas, entre otros lugares perjudicados y sus respectivas banda horaria.

Pero no solo de la dificultad diaria que entraña el no poder consumir y/o proveerse del agua que brota de sus grifos es lo que preocupa a las numerosísim@s almerienses afectad@s. Una de las principales incógnitas, además, que rodean a este ‘problema radiactivo’, claro está, sigue siendo conocer durante cuánto tiempo llevan consumiendo este exceso de material radiactivo y qué consecuencias para la salud trae consigo. Un asunto registrado en sede parlamentaria andaluza por el grupo Podemos Andalucía y, particularmente, por la diputada de Por Andalucía Alejandra Durán, quien el pasado 27 de diciembre elevó una serie de preguntas dirigidas al Gobierno andaluz con objeto de conocer, no solo «el origen y las causas» de esta alta radiactividad -ya conocidos, como se ha dicho anteriormente, merced a un comunicado institucional que emitiese hace un par de días la cartera de Salud y la consejera Catalina García-, sino los efectos que esta puede acarrear para la población que se ha expuesto a ella.

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