Docentes andaluces protestan protestan mediante una 'performance' contra el "maltrato" de la educación pública andaluza y de sus profesores y profesoras.

Una ‘performance’ contra la agonía de la educación pública: decenas de profesores andaluces exhiben el daño que sufre la pública y sus docentes

La educación pública sigue agonizando sutil pero no por ello menos velozmente en Andalucía. La comunidad educativa pública, docentes y alumn@s, continúa sufriendo una más que preocupante y severa deducción de recursos económicos, humanos y técnicos. Para exhibir y luchar contra este inquietante panorama de la pública en territorio andaluz, decenas de docentes desarrollaron este pasado viernes una ‘performance’ en las puertas de numerosos centros educativos andaluces. Profesoras y profesores se tumbaron en el suelo simulando «estar muertos» en alusión a que «claramente están matando a la educación pública y a sus docentes».

Desde escuelas e institutos de Salobreña (Granada) hasta Sevilla, pasando por algunos de Málaga, los educadores y educadoras que se unieron al acto de protesta quisieron dejar patente que «si no luchamos, si no nos plantamos y decimos alto y claro, ¡basta!», la educación pública «va a desaparecer» para reducirse a un simple «ghetto residual» dentro del organigrama educativo de la comunidad.

Unos docentes que sufren, más si cabe que los propios alumn@s a los que instruyen, el menoscabo que viene experimentando el sistema educativo andaluz durante los últimos años, muy especialmente de la mano de la actual dirigencia autonómica de Moreno, en la que no solo se anda recortando numerosísimas líneas educativas públicas -hasta 2.000 aulas escolares públicas se han cerrado desde 2019-, sino que también está siendo inyectada sin parangón la concertada, que este curso académico, por primera vez, ha superado los 1.000 millones de euros recibidos desde las arcas públicas autonómicas.

Consecuentemente, los profesionales educativos lidian sin cese con una importante burocracia, una altísima carga lectiva, una elevada ratio, falta de recursos, «pésimas infraestructuras» -que han provocado incluso el cierre de centros por las lluvias-, o, bajas cuyas debidas sustituciones se eternizan, entre otras muchas cuestiones peyorativas. «Barbaridades», como califican los propios instructores, que tienen que sufrir «a diario» y que constituyen «una lista interminable». 

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