Andalucía ha alcanzado un nuevo récord en las exportaciones de aceite de oliva entre enero y noviembre de 2024 superando por primera vez los 4.000 millones de euros en ventas. Concretamente, 4.250 millones de euros, lo que supone un 43% de crecimiento en comparación con el mismo periodo de 2023. Sin embargo, la producción de aceite de oliva en pueblos rurales de Jaén está en peligro por la sustitución de sus hectáreas por plantas fotovoltaicas, acabando con la producción del producto y con la riqueza y vida de los pueblos de la provincia de Jaén.
Según los datos de Andalucía Trade, Jaén es la cuarta provincia andaluza que más aceite de oliva ha exportado, reportando a la provincia un total de 311 millones de euros, aumentando sus ventas un 72% respecto a 2023, la segunda provincia que más crece. Este crecimiento podría verse estancado si los proyectos que las empresas de fotovoltaicas, con la complacencia de la Junta de Andalucía, se llevan a cabo en los pueblos rurales de Jaén.
La zona más afectada, la Campiña Norte jienense, reunidos en la Plataforma Campiña Norte contra las megaplantas solares ha advertido sobre estas pérdidas, que, solo en el término de Lopera – y de los trabajadores agrupados en torno a una cooperativa local-, un pequeño municipio de unos 3.500 habitantes, supondría pérdidas de más de tres millones de euros al año. A lo que hay que sumar las pérdidas que ocasionarían en los comercios que, de manera indirecta, también viven de la producción del aceite.

En Lopera, aproximadamente el 80% de la población vive del olivar, según los datos de la Plataforma, donde el 95% del cultivo corresponde a la producción de aceite. Este cultivo está viéndose amenazado por las cuatro plantas fotovoltaicas que se quieren instalar y que supondría ocupar un total de 426 hectáreas, las más fértiles, productivos y de mayor rendimiento de Lopera, que acumula un total de 5.853 hectáreas. De estas, el 71% cuenta con una superficie inferior a 5 hectáreas, por lo que estaría atentando con la viabilidad y supervivencia de pequeños agricultores.
En las citadas 426 hectáreas se pretenden construir cuatro plantas fotovoltaicas, aunque la realidad, denuncia la Plataforma, es que forman parte de una única mega planta de más de 160MW. La decisión de plantear esta división, o ‘troceo’, es para evitar el control estatal, por un lado, que entra en juego cuando las plantaciones alcanzan una potencia superior a los 50 megavatios, y para conseguir un menor rigor en la tramitación ambiental de la Comunidad Autónoma.

Periodista todoterreno especializado en comunicación política. Tratando de interpretar la actualidad con la mirada puesta en el sur.
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Codirector de Espacio Andaluz.