Málaga volverá a citarse este domingo con uno de los puntos más álgidos del andalucismo histórico: la jornada del 4 de diciembre de 1977. 47 años después de que más de millón y medio de andaluces y andaluzas saliesen a las calles -haciéndolo en Málaga alrededor de 200.000- teniendo la conciencia de ser pueblo, de compartir una misma identidad cultural y social y confiados en poder reclamar un estatuto de autonomía que considerase a la comunidad como ‘nacionalidad histórica’, es decir, como aquellas de primer plano en territorio español, la población andaluza volverá a congregarse en las calles malagueñas pidiendo más “soberanía” ante el preocupante escenario político, social y económico que padece actualmente.
El andalucismo buscará encaramarse de nuevo con una bandera andaluza por el edificio de los discursos abiertamente fascistas (xenofobia, apología de la dictadura, intolerancia, estigmatización de colectivos vulnerables…) que en los últimos años vienen esparciendo grupos políticos de ultraderecha como Vox desde las instituciones (con la pasividad, e, incluso, el apoyo de formaciones como el Partido Popular) y del creciente reaccionarismo que comienza a primar en la vida pública con ayuda de las redes, de las ‘fakes news’ y bulos que circulan por estas y de numerosos agitadores de extrema derecha, para clavarlas de nuevo en el corazón de estos, como hizo el joven utrerano Juan Manuel Trinidad Berlanga en aquella famosa cita frente al desdén del falangista Francisco Cabeza, presidente de la Diputación Provincial de Málaga por entonces y que se negaba que a ondease la blanquiverde en el balcón.
Alentados por el espíritu del difunto Manuel José García Caparrós, que perdiese la vida aquel día por la dura represión ejercida por la Policía Armada, y en un halo de un innegable crecimiento del andalucismo cultural y social durante los últimos años, las andaluzas y andaluces marcharán por la capital costasoleña para clavar una bandera soberana que abogue por la autoconciencia, la autogestión y la autosuficiencia ante los intentos de la derecha andaluza, del presidente autonómico, Juanma Moreno, y del Partido Popular andaluz de apoderarse de los símbolos y referentes del andalucismo para resignificarlos y vaciarlos de contenido burdamente ante un ímpetu, sin embargo, centralizador que diluya la identidad propia en una especie de idiosincrasia homogénea.
Lo hará, en la que se espera que sea una macromanifestación que discurra a partir de las 12 h desde la Plaza María Guerrero de la capital costasoleña, hasta la calle que lleva precisamente el nombre del extinto trabajador malagueño de la fábrica de Cervezas Victoria y sindicalista (García Caparrós), cuyo entierro, al que acudieron no menos de 30.000 personas, puso fin en diciembre de 1977 al estado de excepción declarado en la ciudad durante varios días tras los graves incidentes del 4-D.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).