Escuredo y Montero
Escuredo y Montero

La sombra de Escuredo es muy alargada

17 Feb, 2025 · 13:32h

La llegada de María Jesús Montero a la secretaría general del PSOE de Andalucía, que se constatará en el próximo Congreso regional en Granada, ha supuesto un impacto importante en la acción discursiva y propositiva de los socialistas andaluces, agitando un “andalucismo de izquierdas” y reclamando mayor soberanía para sus ciudadanos, como hace más de 40 años hiciera el primer presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo.

El PP andaluz, apoyado sobre la figura de Juanma Moreno, ha conseguido una estabilidad política histórica, para su partido en Andalucía, y única en el contexto político nacional. Descansa seguro bajo una amplia mayoría absoluta, con una oposición, hasta el momento, incapaz de erosionar este poder, y con una estrategia basada en la moderación y el andalucismo identitario y cultural.

El desembarco de Montero en Andalucía pretende acabar con la tranquilidad de Moreno en San Telmo. Desde su llegada el PSOE andaluz ha intensificado su apuesta en el plano discursivo. Los socialistas buscan arrebatar a Moreno esa representación andalucista de la que presume el presidente de la Junta, y para ello era fundamental un perfil como el de María Jesús Montero. La estrategia del que otrora fuera el partido que más se parecía a Andalucía es la de recuperar la senda de la victoria iniciada por Escuredo en las primeras elecciones autonómicas, con reivindicaciones andalucistas, de izquierdas, de autogobierno y de justicia social.

El contexto de la aparición de Escuredo en el plano político era de un cambio constante, pero donde subyacía, en Andalucía, una pulsión ciudadana, alentada por el trabajo de la segunda generación andalucista, que más tarde se transformaría en el Partido Socialista Andaluz (PSA) y Partido Andalucista (PA), que pugnaba por que se reconociera la dignidad de la ‘nación andaluza’, cuya máxima expresión fue la movilización del 4 de diciembre de 1977, donde “nadie se esperaba la movilización que hubo”, sostiene el profesor de Derecho Constitucional y escritor, José Luis Villar.

Escuredo - Junta de Andalucía
Escuredo – Junta de Andalucía

Villar explica que fue precisamente el 4D el que impulsó a los partidos políticos ‘centralistas’ a incluir la ‘A’ al final de sus siglas, como aceptación de una realidad que en un principio negaban, porque desde la transición, el único ‘problema’ que estos partidos entendían que había que resolver, y dotarle de espacio, era el de los nacionalismos catalán y vasco. De hecho, el primer presidente de la Junta preautonómica, Fernández Viagas, del PSOE, mostró tácitamente su postura respecto a la posibilidad de ciertas ideas ‘regionalistas’ en Andalucía: “Yo no soy andalucista, es más, me repugna esa palabra”, recuerda Villar.

En este contexto, en pleno auge de un sentimiento ‘andaluz’ en Andalucía, con un reclamo social de soberanía y de igualdad entre territorios y con un Partido Andalucista en crecimiento (consigue 5 diputados en las elecciones del 79), Escuredo sería la figura elegida por el PSOE-A para reemplazar a Fernández Viagas en la Junta preautonómica andaluza (1979). “Escuredo fue uno de los primeros líderes de masas de la democracia española”, explica el politólogo, sociólogo y profesor de la Pablo de Olavide, Daniel Valdivia. “Era una persona que cerraba eventos, mítines y llegaba al corazón de la ciudadanía andaluza. Fue un líder de masas y, con él, el PSOE. Acabó convirtiéndose en un símbolo del autonomismo y su figura continúa en el tiempo como una persona que lideró un proceso, o que fue clave, para conducir los anhelos de autonomismo del pueblo andaluz”.

Para Villar la elección de Escuredo responde a una estrategia política del PSOE, que tras el éxito electoral del PA en las generales del 79, “empieza a hablar como si fuera un andalucista de toda la vida. Hay una diferenciación de mensaje entre el aparato histórico del PSOE y el mensaje de Escuredo, que es el que interesa al PSOE que luzca para hacerse con el poder”. Igual que, en estos momentos, está utilizando María Jesús Montero.

María Jesús Montero

Montero en un mitin en Jaén - PSOE-A
Montero en un mitin en Jaén – PSOE-A

El profesor de Derecho Constitucional ve ese paralelismo en la utilización de ambas figuras para la conquista del poder, estatal, en el primer caso, autonómico en el segundo. La particularidad de Montero estriba en que se ‘enfrenta’ a un rival, Juanma Moreno, que también está ‘abrazando’ discursos andalucistas para conectar con una amplia mayoría de andaluces que se sienten apelados ante este sentimiento andaluz. “Juanma lo tiene más fácil porque utiliza ese discurso para contraponerse al poder en Madrid y se erige como defensor de los intereses de Andalucía, por tanto, sus posibilidades de éxito siguen siendo altas”.

Valdivia, sin embargo, no ve ese paralelismo entre las figuras de María Jesús Montero y Escuredo, pero señala dos aspectos relevantes a tener en cuenta en la figura de la nueva secretaria general de los socialistas andaluces: “La vuelta a esa emoción andalucista del pueblo andaluz vinculado a elementos que van más allá de símbolos políticos, sino culturales o étnicos”. Valdivia señala el aspecto del acento, que ha sido objeto de crítica a la vicepresidenta en reiteradas ocasiones: “Esto puede significar cierta aspiración de reconocimiento del pueblo andaluz, que no es independentismo sino que no somos menos que nadie”.

La periodista y analista política, Celia López, reconoce en la nueva estrategia del PSOE una pugna por la resignificación de esos elementos identitarios andaluces, al que identifica como elementos identitarios más que políticos, ya que, en su opinión, la apelación andalucista a símbolos como el 4D o 28F no llega a las nuevas generaciones, que han crecido bajo influencias simbólicas y culturales diferentes. Además, López sostiene que a la hora de decidir el voto la utilización de un discurso ‘andalucista’ no es determinante, porque al fin y al cabo los partidos que siguen consiguiendo mejores resultados son los partidos mayoritarios que se presentan en el resto de España.

López subraya también el hecho de que María Jesús Montero tiene que lidiar con ser ministra de Hacienda, lo que supone un arma de doble filo: “Puede retomar la reforma de la financiación autonómica, en la que Andalucía por un criterio poblacional pueda recibir más recursos. Y, por otro lado, tiene que saber venderlo. Actualmente Andalucía es la autonomía que más recursos recibe del Estado, pero no llega a la población. El Gobierno no sabe venderlo.  Entonces Montero no puede encarnar un andalucismo porque tampoco se lo está proponiendo”.

El politólogo y sociólogo explica que hablamos de dos andalucismos (el de la transición y el actual) muy distintos: “Hemos pasado del ‘pan, tierra y libertad’ a un andalucismo más folclórico y cultural. Por tanto, las coordenadas del debate han cambiado”. En este cambio de coordenadas, donde el terreno de la disputa es simbólica, cultural e identitaria, Montero puede “encarnar esa representación de las nuevas aspiraciones del pueblo andaluz, muy relacionadas con el habla, el reconocimiento de nuestra cultura e identidad”, describe Valdivia.

Andalucismo de izquierda

El PSOE ha rescatado en sus discursos el “andalucismo de izquierdas”, como hiciera Escuredo, al que han propuesto para ser reconocido como ‘Padre de la Patria andaluza’. El problema de este concepto, ‘andalucismo de izquierdas’, estriba en el reconocimiento de un andalucismo de centro y de derechas, tal y como ha señalado Valdivia: “Está regalando todo el terreno político andalucista de centro a la derecha, y eso es problemático. Evidentemente la etiqueta andalucista ha sido siempre asociada a centro, como mínimo, y todo lo que abarcaba la izquierda. Ahora, el reconocimiento explícito de nosotros vamos a ser el andalucismo de izquierdas, que Adelante también reclama para sí, es recalcar que existe un andalucismo de derechas y centro”.

Declaraciones de Escuredo en El Socialista
Declaraciones de Escuredo en El Socialista

Villar no ve diferencias entre esos andalucismos, ni del PSOE ni del PP, ya que “ningún proyecto político es soberano andaluz y ambos están supeditados a Madrid. Son partidos ‘atrapalotodo’, es un mismo modelo, y cuando está gobernando el mismo partido tanto en Andalucía como en Madrid prevalece ese interés. Es más fácil cuando el presidente de la Junta es de otro signo político que el de Moncloa, como ocurre actualmente con Moreno”.

El autor de ‘Por un poder andaluz’ recuerda que la “hegemonía del PSOE durante tantos años en Andalucía no puede entenderse sin el voto de personas de centro, y creo que tienen claro que a ese tipo de personas el discurso ‘andaluz’ le sirve muy bien para conectar con los sectores más moderados de la sociedad andaluza”.

Valdivia tiene claro que la elección de Montero se corresponde a un fuerte mensaje del PSOE: ‘venimos a ganar’, ya que están apostando por la figura andaluza más relevante en la historia de los gobiernos nacionales desde Alfonso Guerra. Sin embargo, habrá que tener en consideración, en primer lugar, la “construcción de un nuevo centro por parte del PSOE de Montero, que será complicado construirlo en la base de un andalucismo de izquierdas”, y, por otro lado, compaginar un discurso que choque con la realidad: “La clave va a ser que Montero sea capaz de representar en el Gobierno de España la demanda de financiación que tiene Andalucía”.

López considera que Montero es una buena elección para la militancia pero que no tiene un gran atractivo para el gran electorado de izquierdas, “al fin y al cabo sigue siendo ministra de Hacienda” , bromea ante una de las carteras ministeriales que menos ‘simpatía’ genera en la sociedad. “Montero tiene que dar la batalla por la izquierda, porque en el momento en el que el PSOE abandona la izquierda y se centra en el centro, se pierde, además, este está ahora copado por el PP”.

Sin embargo, también pone el acento en el aspecto del papel que la secretaria general del PSOE andaluz juega como ministra de Hacienda en la reforma de la financiación autonómica. “Cuando llegue la campaña, Montero tendrá un mensaje más andalucista, reivindicando las ayudas del Gobierno, pero que seguirá siendo insuficiente porque estas ayudas no han trascendido de las instituciones y, además, te enfrentas a Juanma Moreno, que se ha erigido como líder andalucista, por lo que no puedes tener un discurso similar al que le funciona a él”.

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