La juventud en Andalucía parece encontrarse ante un callejón sin salida. Son muchas las que nos vemos afectadas por la falta de expectativas, de futuro en nuestra tierra y de soluciones para una crisis climática que cada vez está más presente en nuestras vidas.
Muchos de los datos hablan por sí solos. Andalucía lidera continuamente las cifras de paro, precariedad, abandono escolar, pobreza…11 de los 15 barrios más pobres del Estado español están en Andalucía, 12 de los 15 pueblos con más paro también. Tenemos un paro juvenil del 38,9% en menores de 25 años (5 puntos más para las mujeres) frente a un 27,9% en el Estado (1 punto más para las mujeres). El futuro para las jóvenes andaluzas no pinta nada bien.
A la falta de expectativas y la precariedad se suma la crisis climática. Los problemas derivados de la crisis ecosocial en el capitaloceno llevan al colapso de ecosistemas que sustentan la vida en nuestra tierra. Las estimaciones apuntan que en septiembre superamos la frontera del 1,5°C llegando a rozar los 1,8°C de temperatura global frente a la era preindustrial, y seguramente 2023 sea el año más caluroso desde que se tienen registros. Según muchos estudios, estamos superando los puntos de no retorno:
Estos datos son aterradores, y el gobierno de la Junta de la mano de las empresas capitalistas no parecen tener intención alguna en buscar una alternativa, manteniendo como prioritario el beneficio económico de unos pocos por encima del bienestar del resto. Algunos ejemplos son el aumento del regadío, así como la dependencia al turismo o convertir Andalucía en el vertedero de residuos nucleares. Doñana es uno de los principales ejemplos de la política ecocida, racista y negacionista que aplica Juan Manuel Moreno, que parece dispuesto a destruir uno de nuestros principales parques naturales con tal de no respetar los límites biofísicos de nuestro planeta.
El capitalismo verde no nos vale porque no cambia nada. Es urgente construir nuevos horizontes sociales, imaginar mundos nuevos y hacerlos posibles.
La pandemia puso sobre la mesa la crisis de la salud mental a la que nos enfrentamos también actualmente las jóvenes. Que el 50% de la demanda de atención de salud mental sean personas entre 18 y 25 años no es casual, tiene que ver con la falta de expectativas en nuestro futuro. Que el suicidio sea la mayor causa de muerte entre personas jóvenes. Que sólo el 15,9% se independice antes de los 30 años, no deja de ser un síntoma más de cuáles son las condiciones materiales y vitales: la incertidumbre y la precariedad en la que vivimos las jóvenes. La pobreza, la explotación, la falta de expectativas vitales y la emigración minan la salud mental de las jóvenes andaluzas. Pero aparte de tener unas condiciones de vida dignas, esto tiene que ver también con poder ser quienes queramos ser, expresar nuestras identidades y orientaciones sexuales sin miedos, con poder librarnos de la ansiedad (y ecoansiedad) que supone vivir en el mundo actual, sin violencias machistas ni discursos de odio, racistas y lgtbifóbicos.
Ante esta perspectiva, la respuesta individual no es suficiente para la juventud con pasos de futuro, sino organizarnos para cambiarlo todo.
En el contexto actual, no es ningún secreto que la extrema derecha ha ido ganando muchos seguidores entre la juventud. La derecha se alimenta del miedo y la falta de alternativas, y se sirve de la bandera rojigualda y una identidad española, construída históricamente desde la exclusión, para agitar su odio.
Esta identidad nada tiene que ver con la historia de resistencia y solidaridad andaluzas, de convivencia. Sabemos que solo desde la soberanía de nuestra tierra podremos construir un futuro en ella, el andalucismo nos hace de guía para una salida hacia la emancipación de nuestro pueblo. Venimos de las luchas de las jornaleras de Huelva, del movimiento feminista andaluz, de las resistencias queer, de la lucha de los trabajadores del metal en Cádiz, de las cigarreras, de los movimientos de solidaridad y apoyo al pueblo saharaui y palestino, las movilizaciones climáticas, las luchas contra la privatización de la educación y la sanidad, los sindicatos de inquilinas… Para nosotras Andalucía es desde donde pensamos y organizamos nuestro futuro. Señalemos el Régimen del 78 y el Estado Español que no es capaz de integrar la diversidad nacional más que a base de represión, y que relega a Andalucía a la situación de subordinación y dependencia constante en la que se encuentra.
La autoorganización colectiva es la única garantía que tenemos. Construir movimiento feminista, queer, ecologista, antifascista y antirracista. Encontrarnos en espacios seguros donde luchemos juntas contra el dolor mental y organizándonos hacia lo(s) que nos oprime(n), donde ningún cuerpo sea violentado independientemente de su clase, de su procedencia, de su raza o de su sexo/género. Construir centros sociales. Luchar por recuperar el espacio público, reconstruir los lazos comunitarios y vecinales. Construir espacios y formas de ocio no sometidos a los intereses del mercado que expulsa a millones de jóvenes trabajadoras del disfrute y encuentro. Defender los servicios públicos frente a quienes pretenden convertirlo en un negocio. Construir un internacionalismo que desarme al capitalismo y su industria, que defienda el derecho de autodeterminación de todos los pueblos y que haga realidad los sueños de las nada (las precarias, las pobres, las racializadas, las marginadas, las desviadas…) en Andalucía. En definitiva, tomar partido.
¿Acaso no está en nuestras manos frenar a quienes están destruyendo Doñana, no podemos hacer nada contra quienes nos obligan a estudiar en barracones y privatizan los servicios públicos? ¿Frenar a quienes levantan concertinas y CÍES, expulsar a los especuladores de nuestros barrios y nuestras casas? ¿Podemos plantar cara a quienes nos insultan y nos quieren de nuevo encerradas en los armarios bajo llave? ¿Acaso no podemos luchar por nuestras vidas?
Las jóvenes no encontramos respuestas reales en sus soluciones, construyamos un futuro socialista por y para Andalucía.
“Cómo construimos la respuesta ecosocialista y feminista para cambiarlo todo”, Abrir Brecha Andalucía.
- Inma Pérez
- Rafael Escudero
Militantes de Abrir Brecha Andalucía