los mafiosos, 2018, juan carlos aragón
Foto: La Voz Digital

El pasodoble del célebre Juan Carlos Aragón que desde el Carnaval de Cádiz de 2018 ya es también un «credo» para todas las madres

04 May, 2025 · 17:49h

El célebre autor de carnavales gaditano Juan Carlos Aragón dejó, antes de marchar desgraciadamente en 2019 de una tierra que se le quedaba pequeña, no solo un «credo» para las letras del Carnaval de Cádiz y para los carnavaleros y carnavaleras, sino otras tantas oraciones, a modo de coplas carnavaleras gaditanas, con las que poder ‘rezar’ a la vida e invocar en profesión de la fe (y no necesariamente religiosa).

Una de estas tantas declaraciones de fe aragonistas fue la que el ilustre poeta, escritor, músico y trovador gaditano dedicó, en febrero de 2018, durante el concurso de agrupaciones de esa edición, a su madre y a las madres de todo el mundo. Un pasodoble, el de «Por anchos que sean los mares», de aquellos ‘Mafiosos’ juancarlistas, que ya es historia viva del poemario carnavalero de la ciudad milenaria.

Letra de Por anchos que sean los mares

Por anchos que sean los mares,

y más altas las cordilleras;

por más que en la tierra brillen los metale

y más noble que perfume la madera;

por más que las noches de estrellas

desnuden amores y mares,

por más que el pájaro cante

y las nubes se levanten,

por más azul que esté el cielo,

donde se ponga una madre

todo que quite de en medio.

Por más sed que calme el agua del río,

más calor que dé la llama del fuego,

por más hondo que un dolor haya sido,

y mayor el desconsuelo;

por más que se pueda perder,

y más que se pueda ganar,

adonde se ponga una madre,

que quiten el bien y que quiten el mal.

Por más que la primavera

vista los campos de flores,

y con los siete colores

el sol corone la tierra,

no hay alegría más bella

ni primavera más grande

que la que te da una madre

al sentírtela a tu vera.

El que dice sin pensar,

el que dice sin pensar

que nadie es imprescindible,

o nunca tuvo mamá,

o nunca tuvo mamá,

o es que no sabe lo que dice.

Por más que la vida y los años pasen,

la mujer se va haciendo un gigante

desde que el vientre se le abre.

Mira si será grande y divino su amor

que, para hacerse hombre, hasta el mismo Dios

necesitó del amor de una madre.

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