Un cuerpo yacente reposa bajo una vitrina perfectamente traslúcida que permite contemplar la desgracia sin tibieza alguna que lo impida. Más de 200 metros cuadrados de arena lo rodean. El fallecido se encuentra ataviado inmaculadamente con su traje gris. Su rostro es más que familiar al visitante, especialmente, al andaluz y al apasionado a las letras y el teatro. Sí, no es otro que el afamado poeta y dramaturgo granadino Federico García Lorca. Parece que el tiempo hubiera eludido cobrarse su vida.
Este relato, que bien podría pensarse que es narrado desde la fosa del Barranco de Víznar (Granada), donde se sospecha que se encuentran los restos de García Lorca, está ubicado en Carabanchel (Madrid), en la Galería Memoria, donde una escultura del poeta exánime se encuentra soterrada bajo un cristal para que sea contemplada a ojos de los espectadores. Su autor es el inconfundible Eugenio Marino (Madrid, 48 años), conocido por sus figuras hiperrealista -como la mencionada- de silicona y poliuretano capaces de remover miles de conciencias a su paso. Y es que este artista sabe, como pocos, que no hay nada como el arte, especialmente el plástico, para evocar y rememorar el espíritu de un personaje y/o episodio histórico.
El proyecto, titulado ‘Ruina’ está comisariado por Alejandro de Villota, director y fundador de la Galería, y se puede visitar hasta el próximo 11 de mayo. Su objetivo es no solo honrar la memoria del querido poeta andaluz, sino darle voz al propio Federico García Lorca. La pieza pretende convertirse en un símbolo de los desaparecidos durante la etapa de la posguerra y el franquismo, aquellos que siguen bajo tierra como «símbolo» de la «represión y barbarie» acontecida durante tres años, pero también a lo largo de las más de tres décadas posteriores.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).