Cristian López DomínguezNuevo escándalo germinado en la Consejería de Educación. Cuando parecía que las bochornosas palabras proferidas por el delegado educativo de la Junta en Sevilla, Miguel Ángel Araúz, en las que discriminaba a los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales eran el escalón más alto dentro de la indecencia moral y ética desde un ente público, su superiora, Carmen Castillo, la máxima responsable de la educación en la comunidad andaluza, ha querido equipararse a su compañero con unas más que polémicas declaraciones sobre precisamente este alumnado realizadas estos días al diario conservador ABC.
La consejera educativa autonómica, que, pese a llevar algo más de medio año en el cargo ya está dando más de un quebradero de cabeza al Gobierno de Moreno (pues no son ya pocos los colectivos educativos que piden su dimisión), justificó el reclamo de numerosísimas familias andaluzas de que la Junta y la Consejería aumenten los recursos destinados a estos estudiantes con necesidades educativas específicas a una suerte de excesivo ‘proteccionismo’ (por llamarlo de algún modo) de estas que, según arguye, podría estar relacionado con que tengan solo un descendiente: «Las vidas de estas familias giran en torno a ese hija o hijo único».
Las incomprensibles palabras de Castillo, que han sido nuevamente un completo mazazo para la comunidad educativa, especialmente, para familias con niñas y niños con neurodivergencia y para las y los profesionales de la integración social (PTIS), han provocado una lluvia de respuesta en torno a una máxima innegociable: la actual dirigente de la cartera educativa no puede seguir ni un solo minuto más en su cargo. Federaciones de AMPAS, sindicatos educativos, grupos de docentes y PTIS y decenas de familias han reclamado durante estos últimos días abiertamente la inmediata dimisión de Castillo.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).
