Domingo 29 de octubre, desde Málaga. Manifestación contra la Amnistía para Cataluña —repito— desde Málaga (Andalucía). Organizada por el PP y liderada por Moreno Bonilla y Feijóo (nosotros sí sabemos escribir su nombre). No dejé de asombrarme ese día con las imágenes que veía a través de los medios de comunicación y de Twitter.
La foto que más me impactó, sin duda, fue la de dos banderas enormes, la de Andalucía y la de España, de varios metros. Esta foto causó en mi un profundo malestar que solo pude expresar maldiciendo para mis adentros.
Creo que no fui la única andaluza que se sintió así. Y os voy a decir toda la verdad sobre mi malestar: sentí que la bandera que me representa, por la que tanto luchó mi padre, estaba empezando a perder el significado que yo siempre le había dado.
Me sentí terriblemente triste porque sentía que la bandera que yo entendía como un símbolo de convivencia, trabajo, dignidad, lucha obrera y libertad, la usaban unos cuantos con fines totalmente contrarios. En esa foto la vi como un arma arrojadiza contra Cataluña y su amnistía. ¿Acaso no son ellos, quienes, con estos actos, rompen la convivencia en España y enfrentan a pueblos que siempre han sido hermanos?
Pensé que esa bandera estaba perdiendo significado, porque siempre la he ligado a personas que luchaban -y luchan- por los servicios públicos y los avances sociales: manifestaciones por la sanidad pública, por la educación pública, por las pensiones, por el paro, por los jóvenes, por las mujeres. En definitiva, por causas que considero justas. Entendí, con esa foto, que esas personas que estaban ese 29 de octubre en Málaga no se manifestaban por eso, porque todo lo que he mencionado antes no está y nunca ha estado entre sus problemas, como sí que lo están entre los míos y entre otros millones de andaluces.
Ese mismo día, Moreno Bonilla, orgulloso del lleno y de las banderas ondeando, proclamó la vergüenza que sentía por la amnistía que rompería España; mientras que las listas de espera en la sanidad siguen siendo interminables, mientras que los jóvenes aún no tienen el Bono Joven de Alquiler, mientras descuida la educación pública.
Andalucía no tiene un problema con la Amnistía. Andalucía tiene un problema grandísimo con el déficit cada vez mayor de sus servicios públicos. La bandera se saca para para reivindicar todos y cada uno de estos servicios.
Así que sí, me seguiré enfadando, maldiciendo, encabronando, etc. Cada vez que alguien use la bandera de Andalucía -en la que tantos andaluces bordaron la libertad, la convivencia y la lucha obrera- para confrontar y no para defender los servicios públicos y los avances sociales.
Andalucía siempre por los pueblos y la humanidad.
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