Diario de campaña, día 3: El ‘modelo Espadas’, de consenso y pactismo, y su triunfo con Salvador Illa en Cataluña

Los líderes políticos crean su identidad, su marca personal y construyen su liderazgo auspiciados bajo una serie de características, de retóricas, de pautas de comportamientos que los definen en la arena política. Muchos y muchas, en pos de copar grandes titulares de prensa, optan por una suerte de hiperliderazgo que puede llegar incluso a fagocitarlos, demoliendo todo lo obrado con anterioridad. Otros y otras, prefieren la beligerancia, la confrontación constante, el hacer de la política una batalla sin cese.

Juan Espadas, sin embargo, rehúye de estas dos vertientes previas. Él es de la escuela del parlamentarismo, del pactismo, del llegar a consensos. Nada de imponer una agenda política, personal o ideológica por encima de los intereses de las partes concernientes. El posee el sosiego de la sabiduría y la humildad del verdadero intelectual, especialmente, en la praxis política, donde se vislumbra realmente si lo proferido es simple verborrea o forma parte de un modo de vida individual -y, en consecuencia, colectivo-.

Hoy, domingo 26 de mayo, tercera jornada de la campaña europea, no tiene acto alguno, pero es noticia. En una entrevista con Diario Sur, una de las principales cuestiones que han salido a la palestra ha sido su parecer acerca del tren litoral malagueño. Juan lo ha tenido claro, no ha titubeado. «Si me pregunta si apoyo el tren litoral de Málaga, la respuesta es sí. Discrepo de la posición que lo descarte». Ahora bien, quiere un plan específico, que diga cuál es su trazado, su coste, su impacto ambiental y técnico, pues algo sabe de Política y Gestión Medioambiental, área de la que es magíster por la Universidad Carlos III de Madrid y que le abrió las puertas posteriormente de la jefatura del gabinete de la Consejería de Medio Ambiente de la propia administración andaluza hace ya más de una década.

«Quiero un proyecto serio y una evaluación seria de todas estos parámetros», advierte. Nada de las medias tintas que han planteado las autoridades de la Junta de Andalucía ni tampoco de la «torpeza» obrada hasta ahora por el Gobierno de España en la cuestión.  De hecho, no le basta con decir que es favorable, sino que quiere saber de primera mano si es viable o no llevar a efecto. Por ello, él mismo se ha ofrecido como mediador entre todo el compendio de administraciones y dirigentes políticos a las y los que compete la propuesta. «Yo me siento en una mesa con el presidente de la Diputación de Málaga, los alcaldes, la consejera, con quien quiera el PP y evidentemente me ocupo también de que el PSOE y el Gobierno de España se sienten a hablar de un proyecto concreto», asegura.

Juan Espadas se reúne con uno de los trabajadores de la empresa Acerinox en la provincia de Cádiz.

Precisamente, esa mesura y ese diálogo incesante fueron los que le permitieron conquistar a los más acérrimos defensores de la izquierda socialista sevillana, que vieron en él la viva herencia del candidato del PSOE de catálogo que arrasaba en los años ochenta y noventa en los comicios locales. De hecho, impávido como pocos, contadas veces perdió los nervios en los plenos del Ayuntamiento de Sevilla. Prefiere «argumentar y convencer» de lo que piensa. Le gusta el «trazo fino», la búsqueda simpática» para ser «contundente en los argumentos pero agradable a la hora de exponerlos».

Ahora, curiosamente, esa inclinación y voluntad continua de diálogo, de consenso, de entendimiento, que muchos han tildado como ‘modelo Espadas’, ha triunfado, y de qué forma, en las últimas elecciones catalanas de la mano del candidato socialista Salvador Illa, quien se ha aupado con un resultado histórico para el Grupo Socialista en la comunidad catalana haciéndose con hasta 42 escaños. Algo que ha propiciado, de paso, que el bloque independentista pierda la mayoría por primera vez desde 2015. Trabajador incansable e igualmente incombustible, como el propio Juan Espadas, el socialista catalán se ha erigido sobradamente como el candidato más votado haciendo de la tranquilidad, el trato cortés, la organización, la consulta y el avenimiento su marca identitaria política.

Juan Espadas, líder del PSOE andaluz, junto con Salvador Illa, líder del PSOE catalán (PSC).

Juan Espadas, líder del PSOE andaluz, junto con Salvador Illa, líder del PSOE catalán (PSC).

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