«Estamos trabajando para que, en 2026, la Formación Profesional sea una piedra angular del empleo de los jóvenes en los próximos años». Las y los jóvenes son, no solo el futuro de Andalucía, también y, especialmente, el presente de la comunidad. Un presente que, sin embargo, buena parte de ellos contempla, como mínimo, grisáceo en territorio andaluz. Quizás, por eso, Juan Espadas siempre haya mostrado un compromiso inquebrantable con ellos y ellas, otorgándoles la etiqueta de prioritarios y prioritarias en las políticas que han de nacer desde las administraciones e instancias públicas.
No es casual que, de cara a las últimas elecciones autonómicas, el líder del PSOE andaluz le dedicase precisamente uno de los actos más multitudinarios de los celebrados durante toda la campaña electoral, el desarrollado en Cártama (Málaga), a la juventud andaluza, haciendo girar el evento en torno a tres pilares fundamentales sobre los que se sustenta todo modelo de vida de este grupo de la población: empleo, formación y vivienda. «Tenemos que construir juntos la comunidad autónoma que queremos», ya decía entonces. Tres cuestiones, que en su proyecto de una Andalucía alternativa a la que ahora tiñen de privatización, falta y desigualdad de oportunidades para los y las jóvenes, no pasan sino por el fortalecimiento de aquellas herramientas públicas que las garanticen.
Tampoco es azaroso que el único joven andaluz con expectativas reales de estar en Estrasburgo tras el festejo de los comicios europeos, el actual secretario general de las Juventudes Socialistas de Andalucía, Alejandro Moyano, forme parte de la lista proyectada por los socialistas para poner una voz joven, andaluza y española en instituciones comunitarias. Solo hay que ver la cara de felicidad, de orgullo, de cierto, incluso, paternalismo, con la que el propio Juan miraba a Moyano mientras este aseguraba que «solo el Partido Socialista, desde el 9 de junio, podrá tener en la Eurocámara a alguien que le dé voz a la juventud y a los problemas de los jóvenes en Andalucía» lo dice todo. Poesía visual.
Hoy, cuarto día de campaña europea, Juan no ha querido faltar a su sempiterna cita con las necesidades de estos y estas. Lo ha hecho en Huelva, en uno de los foros que viene celebrando el Grupo Socialista por toda Andalucía para el que quiere que sea el Gobierno alternativo andaluz -y falta hace-, en el que la organización regional conoce de la mano de expertos no solo el preocupante diagnóstico en ciertas materias -sanidad, educación, vivienda…-, sino también una larga lista de propuestas para cimentar un presente y un futuro de garantías para los andaluces y las andaluzas.
La jornada ha girado en torno a los y las jóvenes. «Hoy, estamos aquí para hablar de la educación, de la formación profesional de nuestros jóvenes, que necesitan claramente orientar bien su carrera profesional», señala. Una de las soluciones pasa, indudablemente, por la FP Dual, desarrollada en la Ley de Formación Profesional, cuyo paquete formativo acaba de ultimar el Gobierno de España este pasado 21 de mayo y por el que las prácticas laborales de los alumnos y alumnas en infinitud de empresas no sea una anécdota de su formación sino que forme parte, desde el primer momento, y tanto en el ámbito medio como en el superior, de su experiencia formativa y su futura inserción laboral.
Ahora bien, de nada sirve, como anda haciendo el actual Gobierno de la Junta, que, desde el punto de vista político, de los recursos y del presupuesto, la inversión en formación profesional pública sea tan deficitaria y en favor de la privada. «No puede ser que estén llegando fondos europeos, financiación a la Junta de Andalucía para financiar módulos de FP pública y que solo se esté apoyando a la formación profesional privada», condena. «Es un gran error y un lastre», añade. «Es necesario que esto cambie y que trabajemos para que en 2026, la FP sea la piedra angular del empleo de los jóvenes», concluye.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).
