Yo sí me creo que un futuro mejor es posible en España. Yo sí me creo que tenemos ante nosotros la oportunidad de cerrar ciertas heridas. Yo sí me creo que el Estado puede resolver sus problemas mediante la generosidad y la legalidad. Yo sí me creo que hay un horizonte hacia el que ir juntos.
Somos muchos (muchos más de lo que pueda pensar cualquiera) los que creemos con firmeza que una ley de amnistía puede seguir contribuyendo a estabilizar la situación provocada en Cataluña por el procés.
Con ciertas reticencias, no lo negaré, pero son muchas más las recompensas que pueden venir tras ello. Los indultos fueron un paso importante para empezar a sosegar los ánimos en Cataluña. Y desde que gobierna el PSOE a la vista está que la situación allí es mucho mejor que la de 2017.
Es la convicción de un partido, la convicción de usar el diálogo, lo que está haciendo posible ir pasando páginas en esta historia. Esa convicción es la que nos mueve a pensar que vale la pena transitar este camino.
Tradicionalmente suelen chocar dos actitudes (la que representa el PP y la que representa el PSOE) cuando entran en liza temas capitales de Estado como es la cuestión territorial.
La actitud del PP, evidentemente más conservadora, conduce muchas veces al inmovilismo, y los episodios más crudos del procés fueron consecuencia clara de la errónea decisión de no atajar mediante la política un problema político. Y no, no exculpo la irresponsabilidad de los líderes independentistas que claramente quebrantaron la legalidad, pero es más que evidente que desde el Ejecutivo de aquel momento no se hizo todo lo posible por reconducir aquella situación.
En cambio, la actitud del PSOE busca avanzar en un conflicto que claramente no reporta beneficios a ninguna de las partes. Bueno, al menos a aquellas partes que no pretenden vivir políticamente de este problema.
Aquí es donde entra la circunstancia que se da tanto en la derecha española (PP y VOX) como en la catalana (Junts). Parece claro que de momento solo a ellos les sigue reportando rédito electoral el estancamiento de la situación en Cataluña.
La posición adoptada por Junts en los últimos días y semanas responde a esa estrategia de marcar territorio en un año electoral para los catalanes. Eso y que se encuentran transitando el camino que ya realizó ERC: volver a ser un partido independentista, sí, pero que participa de la gobernabilidad del Estado.
Es por ello que creo que nos encontramos ante un proceso que va mucho más allá de amnistiar a unos u otros. Va también de volver a caminar por la senda que marca la Constitución, en la que cada cual puede defender la postura que estime oportuna, pero siempre dentro de las reglas de juego que nos han sido dadas.
Son muchos los flancos desde los que se está intentando torpedear esta amnistía, incluso desde la trinchera en la que se encuentran los presuntos beneficiados. Pero ante eso, debemos reafirmarnos en los argumentos que nos han llevado a pensar que cerrar, de una vez por todas este capítulo, es lo mejor para España. Yo sigo creyéndomelo.
Jóvenes socialistas trabajando por y para la provincia de Jaén