Las trabajadoras del Servicio de Atención a Domicilio en Sevilla (SAD) superan el mes de acampada permanente por la municipalización del servicio

Las trabajadoras del Servicio de Atención a Domicilio en Sevilla (SAD) superan el mes de acampada permanente por la municipalización del servicio

Más de un mes, permanentemente; día sí, noche también, sin pausa ni consuelo alguno. Las trabajadoras del Servicio de Atención a Domicilio en Sevilla (SAD) continúan acampadas frente al Ayuntamiento de Sevilla reclamando la municipalización de un servicio tan esencial para aquellas personas que viven en situación de dependencia y para tantas y tantas familias sevillanas. Un oficio que, sin embargo, apenas les deja contemplar la valiosa función social, colectiva e individual, que realizan al vivir envueltas en una espiral destructiva de precarización, explotación, celeridad e inseguridad laboral.

Fue el pasado 1 de abril cuando las profesionales del SAD de la capital hispalense no podían más, dijeron ‘basta’. ¿La fórmula? Un «asentamiento indefinido», no una mera huelga. Desde entonces, centenares de estas trabajadoras sevillanas se han consagrado frente a la puerta del Consistorio local sin descanso, durmiendo al raso, compaginando esta movilización sin límite con sus jornadas diarias y semanales y relevándose las unas a las otras cada ciertos tramos horarios o en base a la planilla laboral de cada cual.

El servicio de atención domiciliaria, cuyo número de empleadas en toda la provincia de Sevilla supera las 30.000 -3.000 de ellas en la capital- y que atiende anualmente a casi un millón de ciudadanos y ciudadanas, es uno de los tantos en los que, pese a que la responsabilidad directa es de las administraciones públicas, son subcontratados por el Gobierno municipal de turno o entidades públicas, que los mercantiliza, para que sean empresas intermediarias, de naturaleza privada, los que gestionen esta tarea. De este modo, un servicio que nace con clara vocación pública, acaba estando en manos privadas.

Estas adjudicatarias, que «priorizan el interés económico al bienestar del usuario», como denuncian ininterrumpidamente las propias profesionales del SAD, las abocan al «maltrato» y al «esclavismo», en términos de derechos laborales, mediante jornadas abusivas y extenuantes, precarización, accidentes y falta de reconocimiento de riesgos laborales o secuelas físicas y psíquicas del trabajo, entre otras muchas dificultades.

Este próximo lunes 6 de mayo, el alcalde de la ciudad, José Luis Sanz, se ha comprometido a reunirse con ellas tras lo acaecido en la última de las sesiones plenarias en el Ayuntamiento sevillano, la del pasado 30 de mayo, en la que una de las trabajadoras de atención domiciliaria que había acudido como público se desvaneció. Hasta entonces, el dirigente popular ni se había dignado a visitarles ni a preguntarles tras casi una treintena de días acampando en el Ayuntamiento.

Las trabajadoras del Servicio de Atención a Domicilio en Sevilla (SAD) superan el mes de acampada permanente por la municipalización del servicio

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